El diario La
Jornada reportó en su edición del 22 de febrero que un juez estadounidense
había ordenado “a una mujer mixteca de 18 años a que aprendiera inglés y
llevara a cabo algún tipo de control natal”. Según el reportaje, el juez
explicó que lo hizo para que la niña de la mexicana no perdiera “las
oportunidades que ofrece Estados Unidos por la inhabilidad de su madre de
comunicarse en inglés”.
La
Jornada presentó esa noticia como otro ataque contra inmigrantes en Estados
Unidos. Aunque sea verdadero, creo que, más profundamente, ese tipo de
comportamiento procede de los vestigios del imperialismo europeo en todas las
Américas, ya sea inglés, español, francés o portugués. Sería deseable que esa
herencia racista estuviera caduca.
Debido a gestos similares, reproducidos infinitas veces
desde hace siglos, no es sorprendente que se logre crear un sentimiento de
desvalorización en comunidades inmigrantes o indígenas. El juez estadounidense
no ponía en peligro el idioma castellano pero daba a entender a todos que hay
únicamente uno, el inglés, que cuenta en Estados Unidos. Las comunidades
indígenas lo han comprendido desde hace mucho tiempo.
La Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO) estima que más de la mitad de las 6 000 lenguas del mundo
están en peligro de extinción.
Entre ellas está el idioma gaélico en Escocia e Irlanda, que tiene larga
historia y corpus literario. Muchas
lenguas regionales europeas fueron reprimidas lo mismo que las lenguas
indígenas en todas partes del mundo, principalmente durante el último siglo. Se
considera que solamente el 40% de los catalanes utilizan su lengua materna en
la vida cotidiana.
Hoy todavía, las lenguas originarias de las Américas
siguen siendo sometidas a presión intensa. Aunque algunas resistan más que
otras, tal como el quechua en los Andes,
la mayoría están amenazadas. El primer director general del Instituto Nacional
de Lenguas Indígenas (INALI), Fernando Nava López declaró que se intenta salvar
alrededor de 20 lenguas de un total de 62 que sobreviven en México, “luego de
que en el siglo XVI había unas 170”.
Para frenar ese proceso de desaparición, Nava afirma que es urgente revertir
estereotipos negativos sensibilizando tanto a la población mestiza como a la
que habla lenguas indígenas.
Sin embargo, hay que reconocer que existe en nuestras
sociedades, una nueva corriente para valorar la diversidad cultural. Ayer se conmemoró
en algunos lugares el Día Internacional de la Lengua Materna (pero no en
Norteamérica). En la ciudad de México, durante el fin de semana, tuvieron lugar
muchas actividades en el Museo Nacional de Culturas Populares: reflexiones,
cantos y poesía en lenguas indígenas, como el zapoteco, el náhuatl y el trique.
Otra manifestación de ese movimiento es la salida
reciente de la película “Spanglish”.
Al notar que no hay relación entre el título de la película y su tema, un
columnista del diario angelino La Opinión
opina que tiene que ver con una palabreja, un gancho para atraer la atención de
la gente. Llega a la conclusión de que “estamos ante una nueva ´marca´ social,
capaz de vender por sí misma los más diversos productos culturales, empezando
por la literatura y la música”.
¿Será el
todopoderoso mercado el que logrará fosilizar jueces anticuados? No estoy
convencido.
* Estudiante de Español Intermedio I
UNAM-ESECA en Gatineau, Quebec, Canadá
Escribe al autor: Fernan Carrière
El dueño del cerca del junto, fragmento del vitral realizado en técnica de vitrofusión. Propuesta plástica de Enrique Dufoo Mendoza. Fotografía: Emma Jiménez Llamas.