Y tu mamá también: tiempo narrativo y apocalipsis
Eric Seguritan*
En las Lecciones sobre la historia de la filosofía, Georg Hegel hace el intento de unificar una historia mundial con su filosofía de la lógica. El problema al que se debe enfrentar para fusionar estas dos disciplinas es reformular el discurso antiguo entre la práctica y la teoría, pero esta vez en términos que enfrentan un mundo que está siendo descubierto y colonizado. Es decir, el problema que Hegel debe enfrentar en su ejercicio interdisciplinario es cómo mantener un concepto unificado del desarrollo del mundo ante las realidades de esclavitud, colonizacion, y formas de ser irreconocibles que, por lo demás, parecen amenazar su explicación del espíritu. Dicho de otra manera, el problema de la historia es el problema de la raza: ¿cómo podemos conciliar un concepto de lo humano con un concepto de raza?
Hoy heredamos el problema que Hegel enfrentó en su proyecto: la problemática sobre las diferencias en un concepto unificado de lo humano. Este problema es también un cuestionamiento sobre la violencia, y sobre cómo reconciliar la globalización con la violencia cotidiana que amenaza esta narrativa del progreso. Es decir, la contradicción de la desigualdad mundial forjada por la globalización es un problema antiguo que prefiguraba y superaba el proyecto de Hegel. El concepto de raza, el problema sobre las diferencias esenciales entre los humanos, sigue siendo fundamental para un concepto de la historia mundial, desde la esclavitud hasta la globalización que confrontamos hoy. Si nos quedamos con esta angustia heredada de Hegel, nos podemos reformular este problema fundamental, el que Hegel convirtió en un ejercicio disciplinario, en términos que parecen más cercanos a nuestra situación hoy: ¿cómo reconciliamos el progreso que promete la globalización con la pobreza masiva y la muerte que también acompaña nuestro presente?
Y tu mamá también, la película de Alfonso Cuarón (México, 2001) nos da una posible respuesta a esta reformulación contemporánea. Tiene lugar en varias partes de México. La película sigue a dos hombres adolescentes y a una mujer de alrededor de treinta años mientras intentan llegar a una playa que no existe. Mientras seguimos a estos tres protagonistas, observamos eventos que transcurren en el fondo, con temas políticos, sociales y económicos que nuestros protagonistas encuentran en su viaje. Un jornalero salta en la carretera, cuya construcción retrasaría su viaje cotidiano al trabajo por dos horas más. Sabemos de una niña que murió mientras intentaba cruzar el desierto en Arizona. Una familia de pescadores es desplazada por la construcción de un hotel que se concluirá años después del fin de la película. Los tres protagonistas están enfocados en sus propias aventuras y sus encuentros con la homosexualidad, la masculinidad y la muerte, de modo que lo que pasa en el fondo solo les afecta indirectamente.
Solo descubrimos más sobre lo que transcurre en el fondo por una voz narradora. De vez en cuando esta voz interrumpe la trama principal para informarnos sobre lo que les pasará a estos personajes, a quienes viven en el fondo, después de que los tres salgan para continuar su viaje.
Esta voz narra un problema muy similar al que preocupa mucho a Hegel, voz que regularmente interviene para contarnos unas anécdotas que nos alejan de la trama principal. Pero, a diferencia de Hegel, estas anécdotas no encajan bien en la película. Mientras que para Hegel la violencia y la diferencia solo sirven para afirmar una historia universal sobre el desarrollo del espíritu, en Y tu mamá también estos mismos problemas rompen su historia en dos. El movimiento del tiempo pasa sin tener importancia para las narrativas, por lo cual quienes están dentro de las dos tramas experimentan el movimiento del tiempo en formas distintas. Mientras los protagonistas experimentan crisis personales, quienes están en el fondo, los campesinos, los indígenas y los trabajadores, parecen no tener poder personal contra este movimiento.
Por un lado, Hegel explica la existencia de la violencia racial precisamente incorporando esta voz en su historia mundial (los humanos están marcados por la raza en este proceso dialéctico); por el otro, en Y tu mamá también la introducción de estos mismos problemas es desordenada, notable y violenta. Es decir, mientras que esta voz es escuchada por ambos, Hegel y Cuarón, solo en este último este proceso es visto como violento. La unificación que Hegel desea para una concepción de la historia mundial transcurre en Y tu mamá también como tiempo narrativo, pero este avance del tiempo consume a los que están implicados y atrapados en este movimiento. Si esta voz unifica la película, lo hace por la muerte lenta de aquellos que caen más allá de la trama principal. La voz que Hegel lee como progreso mundial, en la película se escucha como un toque de difuntos.
Si nos quedamos con Hegel, también podemos enfrentar este problema fundamental en términos más contemporáneos. Pero también, con un análisis así, debemos traicionar a Hegel negándonos a convertir el análisis en un mero ejercicio teórico. Teniendo esto en cuenta, Y tu mamá también nos presenta el apocalipsis del tiempo narrativo que caracteriza a la globalización, pero con el entendimiento de que un análisis así es solo el aspecto violento de la problemática fundamental que lleva infinitas máscaras: el problema de la raza.
*Estudiante de Estados Unidos del curso Español 5
CEPE-CU, UNAM, Ciudad de México
Imagen 1: shorturl.at/dhkB4
Imagen 2: creada en Canva por Carolina Pineda
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