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Reflexiones

Críticas y sugerencias para el transporte público de la Ciudad de México

por Darcy Mary Moraes*

Para: Marcelo Ebrard Casaubón, Jefe de Gobierno de la ciudad de México

Copia: Armando Quintero Martínez, Secretario de Transportes y Vialidad

Asunto: Críticas y sugerencias para el transporte público de la Ciudad de México

México D.F, 5 de diciembre de 2007

Señores:

Marcelo Ebrard Casaubón, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México

Armando Quintero Martínez, Secretario de Transportes y vialidad

Presentes.

Foto: Marco Negrete Jiménez

Me permito enviarles el presente documento con objeto de criticar y también hacer algunas sugerencias sobre el servicio de transportes públicos de la ciudad de México.

Soy brasileña, casada con un mexicano. Estudio español en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). Estoy en México desde hace dos años y siento mucha lástima al ver como los ciudadanos mexicanos sufren diariamente en los transportes públicos de la ciudad.

Perdónenme por las críticas, pero el servicio de transportes de esta ciudad es muy ineficiente y vergonzoso; la impresión que tengo es de un gobierno que no hace frente para mejorar la calidad de vida de la gente.

La Ciudad de México es la ciudad más poblada del país y una de las mayores del mundo, con aproximadamente 8.800.000 habitantes y cada día esta cifra se incrementa más. Sin embargo, los servicios públicos están estacionados o cada día peor.

Vivimos con la ilusión y las promesas constantes de ustedes, los políticos, quienes prometen mejorías y hacen muy poco y no lo correcto.

Es importante enfatizar que el transporte público representa algo fundamental para los ciudadanos que viven en la Ciudad de México, por eso urge que evolucionen esos servicios.

Mi intención con este trabajo es hacerlos conscientes del sufrimiento diario que los ciudadanos, "contribuyentes de impuestos", pasan a diario en los transportes públicos. Quizás podamos cambiar la realidad de esta ciudad, la cual, hasta la fecha, es símbolo de tráfico caótico, contaminación y transportes públicos ineficientes e inseguros.

Fotografía: Marco Negrete Jiménez

De acuerdo con un estudio realizado por PricewaterhouseCoopers, la Ciudad de México ocupa el octavo sitio entre las ciudades más ricas del mundo al tener un PIB de 331 mil millones de dólares que se duplicará, según el mismo estudio, en el 2020, colocándola en el séptimo lugar, sólo detrás de Tokio, Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Londres y París. Con 8 puntos, es una ciudad global del tipo beta. Considerando estas estadísticas, es contradictorio ver que aquí no hay un servicio de transportes públicos digno y de calidad.

Los ciudadanos que hacen crecer y desarrollarse a este país, necesitan dignidad y más respeto. Salen temprano de sus casas hacia sus trabajos, pierden una o dos horas en ese traslado, van apretados en los transportes, como latas de sardinas, llegan al trabajo sudando y cansados. Después, para regresar a la casa, es el mismo suplicio.

Mi sugerencia es que el gobierno invierta más en los transportes públicos, para dar mejor calidad de vida a todos los contribuyentes de impuestos de la ciudad de México.

Mientras mejor sea ese servicio, mejor será el tráfico y el aire de la ciudad. El tráfico fluirá mejor y disminuirá la cantidad de vehículos en las calles, pues muchas personas no tendrán la necesidad de usar sus coches particulares, pues confiarán en los transportes públicos y tendrán más seguridad y comodidad para trasladarse a sus trabajos.

Algunas consideraciones importantes:

El metro de la Ciudad de México es la columna vertebral del transporte en la capital mexicana, pues cuenta con 11 líneas y 198 estaciones. Es el cuarto en el mundo por la cantidad de pasajeros que transporta al día, superado solamente por New York, Moscú y Tokio, y es el sexto a nivel mundial por la extensión de su red, siendo también el más extenso en kilómetros de Latinoamérica. Con estas imponentes estadísticas, debería ser más organizado, ágil, confortable y eficiente, para transportar a 4 millones de pasajeros al día.

En todas las líneas, durante determinadas horas se designan los primeros vagones para mujeres y niños, pero muchos no lo respetan y fácilmente burlan la seguridad. Lo mismo pasa con los vendedores ambulantes de dulces y productos piratas como CDs y DVDs, que hasta parece que la policía está de acuerdo con ellos, pues se hacen de la vista gorda ante el problema. La gente no respeta y la autoridad no concientiza a la población sobre el uso de los asientos reservados para ancianos y discapacitados físico.

Mucha gente pasa mal dentro de los trenes, debido la falta de circulación del aire y en el verano es insoportable el calor.

Sugerencias:

  • Poner botes de basura en todas las estaciones y pasillos centrales;

  • Mejorar la seguridad dentro y fuera de las estaciones;

  • Poner personal responsable y honesto para trabajar en las estaciones;

  • No permitir la venta de productos dentro del metro;

  • Señalar las puertas de los vagones, para que fluya mejor la entrada y salida de pasajeros;

  • Capacitar mejor a los choferes de los trenes, instruirlos sobre el tiempo de abrir y cerrar las puertas, usar correctamente los timbres del tren.

  • Colocar elevadores, rampas y escaleras eléctricas en las estaciones para el tránsito de mujeres embarazadas, ancianos y personas con discapacidad física;

  • Poner más anuncios para concientización sobre los asientos reservados;

  • Poner circuito cerrado de cámaras en todos los pasillos y puntos principales;

  • Poner aparatos de tarjetas en todas las estaciones , para la tarjeta "única" para pagos de tarifas;

  • Poner aire acondicionado y ventiladores en todos los trenes y constantemente hacer el mantenimiento.

El Metrobús, el cual transporta más de 250.000 personas al día, disminuyó el tráfico caótico de la Avenida Insurgente, pero sus 98 autobuses todavía son pocos para transportar a tantas personas. El objetivo oficial era crear una estructura de transporte moderna y eficiente, adaptable a los nuevos retos, con un servicio de calidad y excelencia. Sin embargo, una encuesta realizada en septiembre de 2007 entre los usuarios, no calificó el sistema como eficiente, pues las personas tardan mucho para poder subir y muchas veces viajan de pie y muy apretadas.

El número de autobuses articulados puestos en circulación es insuficiente para una carga de 250.000 personas por día, ocasionando graves problemas y falta de comodidad para los pasajeros. Muchas personas reclaman que en algunas ocasiones las maquinas automáticas no funcionan correctamente.

Sugerencias:

  • Colocar el servicio de Metrobús en todas las principales avenidas de la ciudad;

  • Aumentar los corredores ya existentes;

  • Aumentar la cantidad de metrobuses en todos los corredores;

  • Reservar los primeros asientos para las personas ancianas, mujeres embarazadas y personas con discapacidad física;

  • Hacer programas de concientización para que la gente respete los asientos reservados;

  • Arreglar las banquetas de las calles y poner rampas para tránsito de sillas de ruedas;

Ahora hablaré de los peseros. Miles de ellos dan servicio a una fracción importante de los usuarios de transporte público en la Ciudad de México, sobrepasando con mucho la capacidad del Metro, trolebuses, autobuses de pasajeros y taxis.

Sin embargo, debido a la deficiente legislación, corrupción y crecimiento sin control, se han convertido en un gran problema: aumentan la contaminación en el aire, el congestionamiento de tráfico y representan una fuente de inseguridad y accidentes debido a la falta de entrenamiento de los choferes y el mal mantenimiento de las unidades.

Debido a la falta de organización de la red de peseros, no existe un índice completo de rutas para consulta del público, sólo cuentan con un letrero en el parabrisas indicando los puntos de interés que recorren sus rutas, tales como estaciones de metro, hospitales, escuelas, avenidas, etcétera.

Muchos choferes no saben conducir, provocan accidentes, no tienen conciencia y ponen en riesgo las vidas de los pasajeros, pues paran a media calle para la bajada y subida de personas.

Sugerencias:

  • Crear una empresa gubernamental, cuya responsabilidad sería el monitoreo de todos los transportes públicos;

  • Quitar todos los peseros y cambiarlos por autobuses con motores de diesel, los cuales son más eficientes, cómodos y transportan a más pasajeros por unidad;

  • Poner suficientes unidades de autobuses con elevadores o rampas para sillas de ruedas;

  • Entrenar y monitorear a los choferes de los antiguos peseros, para que conduzcan con seguridad y respeto a la vida de los pasajeros;

  • Como incentivo, proporcionarles todas las prestaciones de ley, seguro médico, seguro de vida y asistencia psicológica;

  • Renovar los mobiliarios urbanos ya existentes y poner más sitios de espera en todas en rutas;

  • Para las regiones donde todavía no hay servicio de metro, poner terminales de autobuses, con rutas variadas;

  • Poner dentro de los autobuses máquinas automáticas para las tarjetas de tarifa única.

Seguramente, para mejorar todos los transportes de la ciudad, será necesario más presupuesto, por lo tanto, creo que el precio de las tarifas debería ser de $3.50 por viaje.

El acceso a los transportes públicos de toda la ciudad (metro, autobuses y metrobuses) se realizaría usando una única tarjeta, la cual sería recargable por la cantidad de dinero deseada o por la cantidad de viajes.

Su valor podría ser pagado por las empresas empleadoras, como prestaciones o incentivos a sus trabajadores; después tendrían descuentos en los impuestos y recetas fiscales.

Sin pretender hacer muchas referencias, São Paulo, que es la mayor ciudad de Brasil, ha pasado por el mismo problema que está pasando la ciudad de México. Hace unos siete años que revolucionó sus servicios de transportes públicos. Actualmente es una de las mejores ciudades que posee un servicio de transportes públicos con calidad y comodidad para la población.

Espero que este documento haya logrado sus objetivos y propongo que, a partir de este momento, establezcan de manera inmediata mesas de trabajo para la solución de esos problemas, pues el pueblo mexicano no merece sufrir más.

Saludos cordiales,

Darcy Mary Moraes

* Estudiante brasileña de Español Superior I
CEPE-UNAM, México, D.F.
darcymarym@hotmail.com

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