La huelga de Pullman en 1894
por David Drymiller*
En la
historia de Illinois un acontecimiento muy preocupante fue la huelga de la fábrica
de George Pullman. La compañía fabricaba carros-dormitorio para los
ferrocarriles. La huelga ocurrió porque la compañía de carros Pullman había
maltratado a sus trabajadores. Como Pullman había creado la ciudad del mismo
nombre, exigía que todos sus obreros vivieran en la ciudad de Pullman.
Cuando
la depresión económica había pasado en 1893, se esperaba que los trabajadores
hicieran más trabajo por menos dinero. Pullman había bajado los sueldos más del
25 por ciento, pero los trabajadores seguían pagando los mismos precios en la
tienda de la compañía. Tampoco se redujo el precio del alquiler. Si un obrero debía
dinero a la tienda de la compañía, se lo descontaban directamente de su sueldo.
Para
abril de 1894 los trabajadores de Pullman se habían juntado en el sindicato
americano de ferrocarriles, y a principios de mayo mandaron un comité de
obreros a pedir un aumento en el sueldo o una reducción en el alquiler. Al día
siguiente la compañía despidió a los miembros del comité, por lo que esa misma noche
los trabajadores votaron ir a la huelga.
El 11
de mayo de 1894, tres mil trabajadores de Pullman se habían ido a la huelga combativa
y ese día la fábrica de Pullman cerró. Los trabajadores se habían declarado en huelga sin autorización de
su sindicato, pero el presidente del sindicato apoyó y llamó a una reunión a los
465 sindicatos locales. Después de que la compañía había rechazado verse con
los árbitros del sindicato, la delegación votó por detener el traslado de los
coches-dormitorio.
Eugene
Debs llevó a más de 50 000 miembros de su sindicato nacional a la huelga para
apoyar a los trabajadores de Pullman. Los ferrocarriles habían organizado una
asociación de gerentes generales que anunció que nadie podía decirles a quién
debían contratar o cómo debían pagar a sus trabajadores. Los 24 empresarios
ferrocarrileros habían decidido tratar de terminar inmediatamente la huelga cuando
anunciaron que echarían a la calle a cualquiera que hubiera rechazado el traslado
de los coches.
Debs había hablado en un mitin pacífico de
huelguistas en Blue Island, Illinois, pero luego los huelguistas prendieron
fuego a coches de tren y destruyeron la estación. El procurador general Onley
había estado esperando una acción como ésta, e inmediatamente tomó acción
contra la huelga. Después de una orden federal dada contra los líderes del
sindicato, las tropas federales entraron también en el conflicto. La reacción
de los huelguistas cuando vieron las tropas federales, fue de estupefacción. El
gobernador Atgeld de Illinois y el alcalde Hopkins de Chicago se habían opuesto
a la presencia de las tropas federales, pero el presidente Cleveland siguió mandando
tropas federales. Más de seis mil amotinados habían destruido 700 coches de tren,
siete edificios de la exposición mundial y causaron pérdidas por 340,000
dólares en daños. Las tropas federales dispararon y mataron a casi 30 personas.
Los
oficiales del sindicato habían sido detenidos, acusados y condenados cuando la fábrica
se volvió a abrir. La huelga había terminado y el sindicato murió. Los
sindicatos en los Estados Unidos no funcionaron hasta que vino “la gran
depresión”.
Vista del pueblo de Pullman, Illinois.
www.chicagohs.org/
history/pullman.htm
* Estudiante
estadounidense, Intermedio
2
UNAM-ESECH en Chicago, EUA
Escribe al autor: David Drymiller
Fotografía: David Drymiller