Una película con actitud: “La
Ley de Herodes”
por Kevil Murray*
La película “La
Ley de Herodes” fue muy interesante por muchas razones. Me
hizo pensar en la política no sólo de México, sino también de los Estados
Unidos, y en la política en general. Así que quien tiene plata, tiene poder.
Pero el poder no es todo, porque, como mostró la película, el poder puede ser
como una espada de dos filos. Es decir, el poder siempre cambia de persona a
persona, y si alguien piensa que el poder es para siempre, está equivocado. El
poder es algo construido por el ser humano, como un cuchillo, para denunciar y
felicitar a la gente. Es algo que puede mandar a mucha gente y que puede llegar
a lo imposible. Pero si alguien tiene malas intenciones, puede destruir y
matar. La ley es simple: “te chingas o te jodes.”
Las reglas son inventadas por el poderoso, así que si no tiene lugar o
licencia de poder, no se puede hacer nada. Sin embargo, es importante recordar
que Luiz Inácio Lula da
Silva, el Presidente de Brasil, llegó a ser presidente sin terminar la
preparatoria. Entonces, cualquier persona puede llegar a ser una persona de
poder, pero no todas quieren matar, destruir y engañar para llegar a ese alto
lugar. De modo que, a quien le gusta robar, mentir, y matar a su propia familia
y gente, “La Ley
de Herodes” es lo justo.
* Estudiante estadunidense del curso de Ensayo del
Siglo XX
CEPE-UNAM,
México, D.F.
kevilmurray@hotmail.com