Señor,
he vuelto a ti...
Sé que me alejé
y dudé de tu existencia,
tú sabes que muchas veces
caí y me levanté,
pero no volví a ti.
Tú sabes que mis enemigos
se volcaron contra mí
y como una jauría enfurecida
me persiguieron
hasta que me defendí de ellos,
pero no volví a ti.
Tú sabes que hubo momentos
en que fui como un árbol caído
y mis enemigos me hicieron leña,
pero tú sabes que de una rama
brota la vida y no volví a ti.
Tú sabes que muchos de mis sueños
perecieron al instante de nacer
y aún así no volví a ti.
Ahora la enfermedad golpea mi cuerpo
y sólo ella me ha hecho caminar
hacia tu templo y mirar hacia tu rostro,
hoy de rodillas te digo: Señor,
he vuelto a ti.
* Profesora de Español
CEPE-CU, México, D.F.
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