Mi primer día en México
por Mariko Nihei*
La primera vez que visité México, yo estudiaba en una universidad de Estados
Unidos. Había deseado cruzar la frontera entre México y Estados Unidos por
mucho tiempo y por fin lo logré un día de noviembre de 2003 con mi ex novio norteamericano
Bruce. Fuimos hasta la ciudad de Nogales en el lado norte en coche y nos
estacionamos en un lugar lleno de otros coches. Ya que Nogales era una ciudad
no tan famosa como Tijuana, me sorprendió mucho mirar tantos coches. De repente,
me acordé de lo que me dijo un amigo japonés, que muchos hombres visitaban
Nogares para gozar, para pasar el tiempo con muchachas que tenían la vocación
porque era más barato que en Estados Unidos.
Luego, cuando nos dirigíamos hacia la oficina de migración para cruzar la
frontera, Bruce me dijo que sus padres visitaban Nogales frecuentemente para
comprar medicina porque era más barato que comprarla en EE.UU. Cuando lo
escuché, me pareció que toda la gente del norte cruzaba la frontera hacia el
sur para aprovecharse de varios tipos de servicios con precios económicos y de
la condición de país subdesarrollado. No me gustó nada el imperialismo ni la
explotación, y no iba a visitar Nogales para buscar algo "barato". Iba de
visita para observar a la gente, la condición de la frontera y las relaciones
entre México y los EE.UU. En seguida me sentí incómoda por cruzar la frontera,
porque para los mexicanos yo era una de las visitantes explotadoras del norte o
del oriente. He querido establecer la igualdad siempre entre otra gente y yo;
sin embargo, los prejuicios y los estereotipos nos han dividido muchas veces.
En la oficina de migración, miraba a las familias mexicanas que iban a
cruzar hacia el norte. Estaba "Walmart" muy cerca de la oficina y ellos iban a
comprar los productos norteamericanos allá. ¿Por qué está el muro entre los
EE.UU. y México? Mucha gente lo cruza hacia el norte o el sur todos los días,
legalmente o ilegalmente, a pesar del muro y la patrulla. Muchos años antes no
estaba ese muro, pero usualmente no había gran problema, o quizás menos que
ahora, porque si no se hubiera establecido el muro tan largo, no habrían muerto
tantos mexicanos en el desierto de Sonora o en la camioneta de los coyotes para
cruzar la frontera a escondidas. Aquella época, sin el muro, no todos los
mexicanos trataban de entrar a los EE.UU; muchos mexicanos también seguían
viviendo en México. Al cruzar la frontera, pensaba sobre el significado de
establecer el muro y la cuestión de la modernización y la globalización.
Nogales es una pequeña ciudad llena de tiendas: muchas artesanías,
farmacias, muchos restaurantes y bares. No esperaba ver tantos comercios.
Quería observar la vida cotidiana de los mexicanos y platicar con ellos sobre
algo simple, excepto negocios. Pero ése no era el lugar para hacerlo. Toda la
gente me miraba y me trataba como una turista, lo que no me gustó.
Después de andar por muchas tiendas, Bruce y yo ibamos más al fondo de la
ciudad para observar dónde vivían los mexicanos. Estaban casas tras casas desordenadamente
en una colina empinada y una mujer estaba subiendo una escalera muy larga con
pasos duros. La gente de este barrio no tenía coches ni mucha lana. Vivían con
sencillez. Estaba triste y enojada de ver la realidad, que existía tanta
diferencia entre unos y otros. Quería cambiar esa situación, pero me sentía
impotente porque no podía hacer nada para mejorarla.
Desde entonces, sigo buscando la manera de mejorar cuestiones como la
discriminación, la desigualdad, la violación de derechos humanos y la pobreza.
Aunque no tengo muchos conocimientos para hacerlo efectivamente ahora, voy a
seguir considerando las cuestiones sociales y haciendo lo que puedo hacer poco
a poco, como participar en actos voluntarios o presentar mis opiniones sobre
estas cuestiones a otra gente.
Para terminar, opino que discutir los problemas sociales en las
universidades es crucial, ya que es una manera para contribuir al mejoramiento
de la sociedad. Imagino que el mundo llegará a ser mejor cuando más gente
despierte a las cuestiones sociales.
* Estudiante
japonesa del curso de Crónica
CEPE-CU, UNAM, México
niheriko@hotmail.com