Carpe Diem
por Peter Reiland-Kaiser, Barbara
Galke y Steffi Weick*
Érase una vez un conejo,
una abeja y una serpiente que tenían que asegurar sus pensiones. El conejo
tenía innumerables hijos y cuando tenía la edad para descansar, les ordenó a sus niños que trabajaran.
La abeja había estado
recolectando el néctar de las flores toda su vida para hacer miel. Cuando finalmente pudo
descansar porque tenía la edad de jubilarse y tenía demasiado para comer el
resto de su vida, sucedió que estaba bastante débil para vivir y se murió.
Por último, la serpiente,
para su pensión, se sirvió de sus dientes peligrosos para dar miedo a otros
animales, que para sobrevivir tenían que trabajar para ella. Entonces la serpiente
tenía el tiempo de ir de vacaciones y a la "beauty-farm" para disfrutar
de su vida.
La moraleja de esta fábula: Tienes que disfrutar de tu vida. ¡Carpe diem!
* Estudiantes de la Universität des
Saarlandes
Saarbrücken, Alemania
Ilustración: Paz de la Torre