El palpitante mundo
subterráneo del D. F.
por John Dennis Clarkson, Matthew Timothy Cashen,
Stefanie Sommer,
Kamila Islamova y Erika Ehnis Duhne*
Conocer el metro es conocer
el D. F. (JDC)
Una visita al Distrito Federal (el D. F.) no sería completa sin un viaje
en el “Sistema de Transporte Colectivo - Metro”, que los chilangos llaman
sencillamente “el metro”. No sólo es un sistema de transporte, sino también un
espejo en el que se refleja la moral, la historia, el arte, las costumbres, y
la vida cotidiana de la cuidad. He aquí algunos temas acerca del metro en esta
ciudad e internacionalmente:
1. Historia del metro en la
ciudad de México (KI)
2. Comparación entre los sistemas del
metro con otras ciudades (SS)
3. Descripción física del metro (JDC)
4. Consejos sobre cómo usar el metro
(JDC)
5. Estaciones de gran interés (JDC)
6. La vida cotidiana en el metro: cuatro
entrevistas (MTC)
7. Comentarios finales acerca de su
función social (JDC)
8. Apéndice de vocabulario: mapa conceptual de la terminología del metro (EED)
1. Historia del metro en la
ciudad de México por Kamila Islamova*
:
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La idea de construir el metro en la ciudad de
México comenzó en 1950, en el tiempo cuando la capital de México tenía
aproximadamente 4 millones de habitantes. Era cuando los viejos tranvías
entrecruzaban la ciudad, el tráfico comenzaba a incrementarse y el sistema del
autobús no era suficiente para cubrir todas las demandas de las personas que
vivían fuera de la ciudad.
Era el año de 1967 cuando el
gobierno de la ciudad de México decidió empezar la construcción de la primera
línea. Oficialmente la construcción del metro comenzó el 17 de junio de 1967.
En la primera etapa se construyeron tres líneas: las direcciones son
este-oeste, norte- sur y la tercera es del noroeste al centro y luego girando
al sur.
Después de dos años la
primera línea del metro fue abierta el 4 de septiembre de 1969. la gente
realmente estaba fascinada con esta nueva forma de transporte: rápido, limpio y
seguro. También es necesario notar que gracias a la construcción del metro
fueron hechos muchos descubrimientos. Por ejemplo, cuando construyeron la
estación Pino Suárez fue descubierta una pequeña pirámide dedicada al dios
azteca de viento, Ehécatl. Ahora, esta pirámide es el símbolo de la estación.
En 1977 querían hacer un proyecto de 315 kilómetros
que podría ser terminado hacia el año 2015, pero algunas rutas tuvieron que
cambiar su alineación, debido a las condiciones geológicas de la ciudad.
Necesitamos recordar que la ciudad de México fue construida sobre un lago y ese
subsuelo lacustre hace difícil la construcción de un subterráneo.
Para el año 2020 se está planeando construir
otras líneas, aproximadamente en total 17 líneas del metro y 10 líneas ligeras
ferroviarias. Con esto hay oportunidad de unir ciudades en un radio de 100
kilómetros alrededor de la capital.
Con estos cambios, se espera que estas
extensiones aumentarán la cantidad de personas que se transportarán por día. De
esta manera, el metro de la ciudad de México trata de facilitar la
transportación de 22 millones de habitantes y hacerse confiable, seguro y
limpio, en la ciudad mas grande del mundo.
2. Comparación entre los
sistemas del metro con otras ciudades (SS)
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¿Cómo se comparan diferentes sistemas del metro en diferentes ciudades?
Me he encontrado ante la dificultad de que ninguna ciudad en la que he estado
es tan grande como la ciudad de México y ahora tengo que aportar argumentos a
favor o en contra del metro en México.
Gracias a la información de unos japoneses que viven aquí puedo decir
que Tokio tiene casi el mismo número de habitantes (Tokio: 8.5 millones;
México: 8.7 millones), a pesar de que en la zona conurbana de Tokio viven casi
37 millones de habitantes, mientras que la zona conurbana de México tiene
(oficialmente) 22 millones de habitantes.
La diferencia más grande entre la red de vías de Tokio y la de México es
la fecha de construcción. La primera línea del metro en Tokio fue inaugurada en
1927; los mexicanos tuvieron que esperar hasta el 4 de septiembre de 1969 para
que la primera línea fuera puesta en marcha.
Muchas otras características de los dos sistemas son muy parecidos, como
el número de las líneas (Tokio: 12 líneas; México: 11 líneas), el número de las
estaciones (Tokio: 165 estaciones; México: 175 estaciones) y los kilómetros de
la red (Tokio: 183 km; México: 202 km).
Únicos son los símbolos (íconos o logos) de diferentes colores en el
metro de México gracias a los cuales la gente puede encontrar fácilmente su
camino. En Tokio se cuidan de que las construcciones sean compatibles con el
medio ambiente. Se usan materiales reciclables, y el agua y la arena se
reciclan.
Los problemas del metro en México son la seguridad y el hecho de que el
sistema esté sobrecargado, ya que cada día millones de personas usan este medio
de transporte.
¿Pero, cómo se puede comparar México con algunas ciudades mucho más
pequeñas en Europa?
Naturalmente se puede calcular la densidad de la población y después
ponerla en relación a la dimensión de la red del metro. Yo sólo me voy a
limitar ahora a expresar unas particularidades de los metros en algunas
ciudades.
La primera red del
metro del mundo fue inaugurada en 1863 en Londres, Inglaterra, donde ahora se
encuentra la red más grande del mundo, con 415 kilómetros y 253 estaciones. Los
artistas diseñan las estaciones del metro desde 1908.
También famoso por
sus estaciones decoradas con mucha imaginación, es el metro de Estocolmo,
Suecia. En las 100 estaciones de esta red se pueden encontrar grutas
subterráneas, manantiales ondulados, estanques de lirios acuáticos, reflexiones
sobre el pasado y documentaciones de nuestros tiempos.
Para esa ciudad
con 1.7 millones de habitantes, la red del metro es muy extensa con sus 108
kilómetros. Tiene casi la misma extensión que la de Munich, Alemania, (95
kilómetros). Ésta última fue inaugurada en 1972 para los Juegos Olímpicos. Cada
día 1.5 millones de personas toman el metro. Este sistema tiene una aceptación
muy grande, ya que el porcentaje de las personas que lo usan en comparación a
los habitantes de Munich es mayor que en otras ciudades.
Pero sin rival queda el precio del boleto del metro en México. La
información encontrada en internet nos indica que no hay ninguna ciudad en la
que se pague menos que aquí en la capital mexicana. Sin embargo, información
procedente de buena fuente (gracias, Kamila) afirma que este servicio en
Tashkent, Uzbekistán, tiene un precio aún menor que en la Ciudad de México.
Fotos:
3. Descripción física del metro (JDC)
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Todos los días
cientos de trenes anaranjados llevan rápidamente a cinco millones de ciudadanos
a varios destinos por todo el Distrito Federal. La red es amplia: consta de
once líneas, ciento setenta y cinco estaciones y más de doscientos kilómetros
de vía doble eléctrica. Se extiende desde el oriente hasta el poniente de la
ciudad y desde el sur hasta el norte del D. F. y por las afueras hasta partes
del Estado de México. Por su número de usuarios y la longitud de sus rutas, el
metro de México está colocado en el tercer lugar entre los subterráneos del
mundo. Dos líneas están en etapa avanzada de planificación: una extensión a la
línea 8, desde su extremo del sur hasta Acoxpa, y una nueva Línea12. Ésta
incorporará la rama del sudeste de la actual línea 8 y se conectará con la
línea 7 en la estación de Mixcoac.
Los carros de los trenes son de color anaranjado vivo como la papaya
maradol. Van sobre llantas de hule, lo que proporciona un viaje cómodo y
quieto. (“Rápido, limpio y seguro”, como ya explicaba Camila). Los interiores
están limpios y bien mantenidos e iluminados. Aportan asientos reservados para
la gente de la tercera edad, las embarazadas, las madres que cargan bebés, y
los minusválidos (aunque todavía no hay acceso a los andenes para las sillas de
ruedas). Durante las “horas pico”, en algunas líneas verás una muchedumbre de
mujeres y niños que están esperando entrar en los vagones reservados para
ellos. ¡No temas!, no te lastimarán los escuincles chillones.
4. Consejos sobre cómo usar
el metro (JDC)
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Aunque la red es
sencilla, estarás un poco asombrad@ las primeras veces que la utilices. De
hecho es difícil perderte en ella. Y si por casualidad te equivocaras de
dirección, puedes bajar en la siguiente estación y cambiar de trenes sin tener
que pagar de nuevo. Así que descuídate y disfruta el viaje.
El horario del metro es:
días laborales: desde las 5:00 hasta las 24:00;
sábado: desde las 6:00 hasta las 24:00;
domingo: desde las 7:30 hasta las 24:00.
Cuando entres al metro, verás una taquilla. Allí compras tantos boletos
como quieras. Cuesta $2.00 M.N. ($0.18 U.S. o €0.15) cada uno, lo cual hace al
metro del D.F. el más económico del mundo. Entras a los andenes a través de
torniquetes a los cuales introduces el boleto. El torniquete no devuelve el
boleto cancelado; viajarás sin recibo o ninguna prueba de que hayas pagado.
Cada línea va en dos sentidos, los cuales se indican con los nombres de
las estaciones de las terminales. Por ejemplo, después de pasar por los
torniquetes de la Línea 1, verás letreros que te guían hacia “Dirección
Observatorio” o “Dirección Pantitlan”. Si te diriges a las terminales, consulta
uno de los mapas de las líneas que se encuentran por todos lados de las
estaciones. Si no los ves, seguro que habrá uno en la entrada de los andenes.
Te darás cuenta de que cada estación no sólo tiene nombre, sino también un
símbolo o ícono. En cada vagón hay un gráfico de la línea con los nombres e
íconos de las estaciones. En cada parada los verás también. En pocas líneas se
anuncia la próxima parada. ¡Ves que sí es dificilísimo perderte en el metro!
Una vez que hayas determinado la dirección que te conviene, sigue hasta
los andenes. En las plataformas verás una línea o raya amarilla paralela a la
vía de los trenes. Debes quedarte atrás de ella hasta que se bajen los
pasajeros. Bueno, así es en teoría. De hecho, durante las horas de mayor
demanda, en cuanto se abran las puertas del carro te lanzarás encima de la
gente, empujando, jalando y dando codazos para entrar a tu vagón– todo con una
sonrisa y un “con permiso” por supuesto. Al bajarte, repetirás el proceso para
que te dejen salir.
Si tienes que cambiar a otra línea, baja en la estación donde las líneas
se cruzan y sigue los letreros que anuncian “Correspondencia”. Cuando llegues a
tu destino, verás señales que te guiarán hacia la salida. En las paredes cerca
de las salidas hay mapas para que te ubiques acerca de los alrededores.
5. Estaciones de gran interés
(JDC)
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El metro te lleva
a casi cualquier lugar turístico que quieras. No dejes de explorar las
estaciones pues son interesantes en sí mismas. Dentro de muchas de ellas
encontrarás exposiciones temporales y permanentes de arte, ciencia y cultura,
murales y sitios históricos. A continuación hay una lista de algunas de las
estaciones más interesantes. El gobierno del Distrito Federal ha puesto un sito
web que te ayudará a encontrarlas: http://www.metro.df.gob.mx.
Las siguientes fotos te dan pistas para descubrir las sorpresas maravillosas de
las estaciones:
6. La vida cotidiana en el
metro: cuatro entrevistas (MTC)
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Entre los miles de pasajeros que diariamente suben al metro, hay miles
más que permanecen en el metro como trabajadores de varios tipos. El pasajero
se puede encontrar tanto con todos los obreros y profesionistas que igual están
en todos los metros del mundo, como, además, con los trabajadores que no juegan
un papel oficial. Tal es el caso de los músicos que tocan por unas cuantas
monedas, hasta los “toreros” que venden cosas que caben dentro de una mochila.
Esta vida cotidiana es un mundo propio debajo de las calles de la ciudad, el
cual ofrece mucho a la experiencia turística.
En la entrada de la estación Copilco, un joven, “Juan”, está arreglando
sus objetos para que los vea la gente que pasa. Vestido de pantalones morados
de terciopelo y una camiseta negra de la misma tela, su ropa es una señal de lo que vende: pulseras de plata y piedra,
“patches” de nazis y perritos cojos, anillos como armaduras, junto con unas
playeras de la UNAM. Además, Juan lleva el cabello largo por atrás, con espinas
en la parte superior, tiene maquillaje en toda su cara, incluyendo su barba.
Juan se ve inseguro y sospecha de las personas que hacen preguntas,
explicando:
—No puedo estar aquí, después de un rato tendré que irme...es que no
tengo permiso para vender aquí—. Juan es un “torero” o “trapero”, que son las
personas que venden cualquier cosa en la entrada del metro o sus alrededores.
Juan me explicó que la policía pasa aproximadamente cada treinta minutos para
correr a todos los “traperos” o vendedores informales que encuentre. En ese
momento él tiene que recoger todos los objetos en su trapo y retirarse
rápidamente. Dice que no le es posible pagarle a la policía una multa o
“mordida” para que lo dejen quedarse en un lugar quieto. Por eso uno puede ver
a los “traperos” siempre arreglando sus cosas, porque, como Sísifo, del mito
griego, nunca pueden descansar. La mayoría de los objetos que ofrece vale 25
pesos, y dice: —Algunos días gano 200 pesos, otros, ni cinco—.
Cuando llueve, Juan busca un techo y toca su guitarra. Dice: —No sé
cuánto tiempo tengo aquí. ¡De verdad! — y parecía que no quisiera pensar más en
esa idea.
―Hasta las once de la noche todos se van....no hay horario aquí.
Estoy aquí todo el día—.
Al final de la charla Juan no
permitió que le tomara una foto ni a él ni a su puesto con el trapo y los
objetos
Al pie de la escalera en esta estación está Josefina Ramírez, una
mendiga que lleva un rebozo gris que cubre todo su cuerpo hasta sus anteojos.
Me pide una moneda con una mano abierta, con una voz temblorosa y débil. La
señora Ramírez ha sido viuda hace ocho años. La mayoría de los días está en el
metro, pidiendo lo que ella llama “monedas del corazón”. Desde la muerte de su
marido, ella entregó su vida a la voluntad de Dios. Me explicó que a pesar de
que tiene dos hijos, ya la olvidaron, y que aunque uno de ellos está en Estados
Unidos, ella no recibe nada de ninguno. Durante su vida, su marido era obrero,
y ahora, ella tiene que pedir “unos pesitos” para pagar la renta. Mientras
hablábamos, ella volteaba su cabeza, pidiendo limosna a la gente. Su voz subió
cuando describió a las personas que le dicen cosas desagradables a ella, como
“busca un empleo” o cosas así.
—Estoy como una corriente de aire- me dice, -a veces estoy aquí, y a
veces me botan; estoy a la voluntad de Dios—.
Más adelante en el corredor, Fernanda Millares está vendiendo libros
para el programa “Un Metro de libros”. Ella es una alumna de la prepa y tiene
ocho meses en ese lugar. Ella, sin respeto a su edad ni a sus estudios, trabaja
ahí seis horas diarias, de lunes a sábado. Aunque no está segura, desea
estudiar dirección de arte. A ella le agrada trabajar en el metro”¡porque hay
tantas cosas que ver!”. Con frecuencia las personas dicen cosas locas, o se
comportan como babosos. Ella se asusta cuando se pelean en el metro, y aunque
hay vigilancia, dice que a veces no hay nadie. Ella explica que sí es difícil
estudiar con tal empleo, pero que va a continuar así.
Lorena es una de las vigilantes de la estación, de más o menos treinta
años, que está cerca de los torniquetes, con el uniforme azul oscuro. Me
explicó que es un servidor público, y que está en el metro “para ver que todo
esté en orden”. Ella ayuda si alguien se siente mal, o si alguien se cae de las
escaleras. Si llega a haber problemas con el tren, ella puede ayudar. Me
explicó que en este momento ella trabaja en el Metro Copilco, lo cual le gusta
por la tranquilidad. En sus cuatro años como vigilante ha sido asignada a otras
estaciones en diferentes partes de la ciudad. Después de haber visto todas las
estaciones, me recomienda visitar la del Zócalo, por la cantidad de gente y por
la vida cotidiana; y también cualquiera de las correspondencias, como Centro
Médico, por la calidad de las obras de arte expuestas ahí. Le pregunté a Lorena
si a veces hay peleas, porque a Fernanda le preocupaban mucho. Contestó que no
le asustan mucho, en especial porque si ninguno de los dos pidiera ayuda, ella
no tendría que intervenir. Le gusta su empleo y va a continuar con él.
Estas personas, y muchas más, juegan papeles importantes que dan
colorido al metro de la ciudad de México. Para el turista, las historias más
comunes deben ser las más informativas acerca de la vida cotidiana. La verdad
es que aunque los grandes museos y atracciones brillen desde lejos, hay un poco
de todo en cada paso del metro.
7. Comentarios finales acerca
de su función social (JDC)
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Además de ser un sistema de transporte público, el metro sirve para otras
funciones sociales. En algunos aspectos, juega el papel que anteriormente
tenían las iglesias. (Claro que no te promete salvación eterna; tampoco te
vende indulgencias ni te lleva ante la Inquisición.) En vez de sermones que
enseñan la moralidad y el buen comportamiento, en el metro hay anuncios y
letreros que te exhortan a que trates bien a tus compañeros de viaje, que no
golpees a tu espos@, que respetes a las personas de la tercera edad, que votes
y que estés orgullos@ de tu país y de la cuidad, que no robes, que no mates,
que no digas falso testimonio ni que mientas, que honres a tu padre y a tu
madre – en fin que vivas una buena vida. Todo lo referente a la moral, salvo
los detallitos acerca de “actos impuros” – estos, sí, los verás entre las
parejas jóvenes...
En lugar de vitrales de la catedral que preservan en forma estilística
la historia de la humanidad y del cristianismo, el metro exhibe murales de
artistas contemporáneos que dilucidan la historia de México desde la época
prehispánica hasta ahora. ¡Tampoco se dedica sólo a la enseñanza! Tal como en
las puertas de las iglesias, en todas las líneas del metro se encuentran los
mendigos, los pobres y los afligidos que buscan el apoyo de los “feligreses del
metro”. El metro les da de comer a los necesitados y refugio a los
desfavorecidos. Por las noches en las puertas cerradas los sin hogar se
acurrucan todos juntos para aprovecharse de los rastros nocturnos la
calefacción de ese día que termina.
Así como las plazas del centro en tiempos pasados, el metro es un centro
de negocios donde puedes comprar comida, discos CD, dulces, comestibles,
regalos, periódicos y revistas. Hay de todo: hombres de negocios, mendigos,
ladrones, carteristas; monjas, prostitutas, gigoloes, chichifos; atletas,
cojos, flacos y gordos; magos, malabaristas y embaucadores. Es un teatro donde
puedes escuchar música o ver los dramas más actuales, todo incluido en el
precio de tu boleto del pasaje.
Lo más maravilloso es que tú
mismo juegas un papel en la escena del “Sistema de Transporte Colectivo -
Metro”. Al entrar, te trasformas en un personaje de la “metronovela”.
8. Apéndice de vocabulario: mapa conceptual de la terminología del metro (EED)
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Ésta es una presentación del vocabulario
en el cual se muestran los conceptos más frecuentes acerca del metro como vía de transporte público en la ciudad de
México, con las palabras más frecuentes del campo semántico que lo forman.
1 .LA ESTACIÓN
|
2.
EL ANDÉN
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La entrada principal
|
la plataforma
|
La salida principal
|
los anuncios espectaculares
|
El vestíbulo de entrada
|
el letrero de
correspondencia/dirección (bis)
|
La taquilla, la ventanilla
de la taquilla
|
el reloj electrónico
|
El boleto
|
la raya amarilla
|
La tarjeta electrónica
|
|
El torniquete
|
|
Los pasillos
|
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Las escaleras
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|
El escalón
|
|
El barandal, la orilla
|
|
Las escaleras eléctricas
|
|
Los túneles de peatones
|
|
El letrero de
correspondencia/dirección (bis)
|
|
El mapa de localización de
calles
|
|
El mapa de las líneas del
metro
|
|
El ícono o logo de cada
estación
|
|
La lista de las estaciones
de esa línea
|
|
El transbordo
|
|
El módulo de información
|
|
Los murales
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|
Las esculturas
|
|
Las fotos
|
|
3. LOS TRENES
|
4. LAS RUTAS
|
el vagón, el coche
|
la ruta (o línea) exterior
|
el túnel de los trenes
|
la ruta ( o línea) elevada
|
las vías
|
la ruta ( o línea) subterránea
|
el tren, el convoy
|
la red ferroviaria
|
las llantas, los neumáticos de
goma
|
los extremos (o destinos, o
topes)?
|
las puertas corredizas
|
los colores de las líneas
|
las ventanas
|
los íconos de las paradas
|
la escalera de emergencia
|
|
La salida de emergencia
|
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La palanca de seguridad
|
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El tablero con los íconos de las estaciones de esa ruta
|
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Los asientos
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Los asientos de discapacitados o
mujeres embarazadas
|
|
La publicidad
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|
La propaganda política
|
|
Los mensajes
|
|
Los avisos
|
|
Los tubos, las agarraderas
|
|
La descompostura
|
|
5. LAS
EXPOSICIONES
A) FIJAS
|
B) TEMPORALES
|
La pirámide (en la estación Pino
Suárez)
|
de fotos
|
Las maquetas del zócalo (en la
estación Zócalo)
|
de artistas del momento
|
El Túnel de la Ciencia
|
de concursos (fotografía, pintura)
|
|
de feria de libros
|
6. LAS PERSONAS
A.
LOS USUARIOS
en general
mujeres y niños [en horas “pico”]
los discapacitados
los ladrones o carteristas
B.
LOS EMPLEADOS
El administrador
La secretaria
La vendedora de
boletos y tarjetas (en la taquilla)
El representante
sindical
El personal de
limpieza
El vigilante
El policía
C.
LOS VENDEDORES
i- LEGALES:
|
ii- ILEGALES
|
(quienes alquilan un local)
|
(se ponen como en tianguis o con
un trapo que levantan con rapidez cuando se acerca la autoridad)
|
los vendedores
|
los “traperos” (de trapo)
|
|
los “toreros” (torean a la autoridad)
|
a) venta de objetos:
ropa, farmacia, adornos, libros, etcétera.
b) venta de comida
para consumir o llevar: tiendas naturistas (helados, tés, galletas),
hamburguesas, donas, pizzas, tortas, tacos, galletas
EXPRESIONES O
REFRANES EN ESPAÑOL inspirados en el vocabulario que encontramos en el METRO :
1) RAYA: la raya
amarilla, la raya de la meta
a) “pasarse de la
raya”: pasarse de lo admitido. Ejemplo:
El jefe dijo que con esa falta Manuel se había pasado de la raya y lo corrió.
b) “poner o pintar su
raya”: marcar el límite. Ejemplo: Aquí yo pinto mi raya, porque no voy a seguir aguantando más abusos.
c) Día de raya: el
día que se paga el salario a empleados (como albañiles). Ejemplo: Mi hermano es ingeniero y
nunca puede venir los sábados a las comidas
porque tiene que ir a la obra a rayar a sus albañiles.
d) Rayársela
(insulto): ofender a alguien, recordarle a su mamá. Ejemplo: Juan es insoportable cuando está borracho, porque
siempre se la raya a todos los que están con él.
2) TREN
a) “perder el tren”:
perder la última oportunidad o esperanza. Ejemplo: Por poco pierdo ese tren
(oportunidad), y no hubiera logrado hacer ese gran negocio.
b) Tren de vida: el
nivel de vida que tiene uno que sostener. Ejemplo: Jessica tiene un tren de vida muy alto desde que se
casó con ese hombre rico: mira en qué mansión viven, qué joyas le regala y cuántos viajes hacen al mes.
c) Ser el último
tren: ser la última oportunidad desesperada. Ejemplo: Pues, Jimena aceptó a Pedro porque ya tiene 35 años y
comprendió que él era su último tren.
3) PUERTAS
a) “con las puertas
abiertas”: con alegría, ser bienvenido. Ejemplo:
Eres un gran amigo y siempre te estaremos esperando con las puertas
abiertas.
b) “a puerta
cerrada”: de manera confidencial, no pública. Ejemplo: Las negociaciones entre los jefes y el sindicato se
llevaron a cabo a puerta cerrada.
c) “cerrarse las
puertas”: romper relaciones con los demás por su mal comportamiento. Ejemplo: Raúl se sigue portando mal
con la familia de su esposa, y ellos le siguen cerrando las puertas a él.
d) “enseñarle la puerta
a alguien”: corre a alguien del lugar, pedirle que se retire. Ejemplo: “No estoy de acuerdo con sus
amenazas. Mi secretaria le mostrará la puerta”.
e) “llamar o tocar a
la puerta de alguien”: pedirle auxilio o un favor. Ejemplo: “Perdón que venga a llamar a tu puerta, pero ya no
tengo a nadie más a quien recurrir”.
f)
“entrar por la puerta grande”: alcanzar un gran logro y tener el
reconocimiento de todos . Ejemplo: Gracias a
su investigación de la vacuna logró entrar al hospital por la puerta
grande.
Profesora de Español
CEPE-UNAM, México, D.F.
mariposa@servidor.unam.mx
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