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Viaje a Yugoslavia

Michèle Valiquette

En agosto de 1983, fui de vacaciones al oeste de la antigua Yugoslavia. Visité Croacia, Bosnia y Herzegovina; de estos estados les presentaré una descripción.

El territorio de la antigua Yugoslavia es encantador, donde la montaña predomina sobre el mar.

Había en esta área siete idiomas oficiales con igual estatuto en el Parlamento, aunque el serbio-croata es el más utilizado. Sufrió muchas influencias (griega, romana, bárbara, veneciana, turca, austríaca) a través de los siglos, influencias que están presentes en las danzas y músicas folclóricas muy diferentes.

Por ejemplo, las danzas y la música del sur, de la Macedonia en particular, de un carácter muy agreste y misterioso, son de origen turco, mientras que las danzas y música del norte, sobre todo de Slovenia, más alegres, son de inspiración italiana o austríaca. Todos los vestidos tienen mucho color y están ricamente bordados.

En Croacia, visité Dubrovnik, una ciudad antigua con murallas de los siglos XIII y XV; está situada en la Costa Adriática y pertenece ahora al Patrimonio de la Humanidad; ofrece un panorama maravilloso, con su bahía muy abierta al sol poniente, con pequeñas islas enfrente y la montaña detrás. En Zagreb, la capital de la república, visité la Iglesia San Marcos, de tejado rojo; es una catedral gótica del Siglo XV y está en la parte medieval de la ciudad.

Fui también a Plivitce, un gran parque nacional con dieciseis lagos. El camino hasta Zadar sigue cornizas y serpentea en paisajes desérticos, donde se ruedan peliculas de estilo "western". Después de visitar una catedral en Zadar, fui a Split en la Costa Adriática, donde anduve por la antigua ciudad y conocí el palacio romano en donde el emperador Diocleciano vivió después de su abdicación en el año 313 de nuestra era.

En Herzegovina fui a Mostar, la capital de la república, que es una pequeña ciudad musulmana de inspiración oriental, caracterizada por un puente de piedra con un único arco; este puente, que permitió a los turcos invadir el imperio austríaco durante los siglos pasados, fue totalmente destruido durante la última guerra en el territorio de la exYugoslavia en los años noventas del siglo XX.

Visité también los alrededores, en particular la antigua fortaleza turca Pocitelj, y una casa turca que está muy bien conservada. Fui también a Banja Luka, una ciudad con mucha vida y llena de estudiantes, situada en una región montañosa donde hay un gran cañón.

En Bosnia, estuve en Sarajevo, la capital de la república que, como Mostar, sufrió mucho durante la guerra en la década de los noventas. Pero en 1983 había mucha construcción en la ciudad debido a la preparación de las instalaciones deportivas para los Juegos Olímpicos de 1984. Visité la mezquita Jusref Bey, una iglesia ortodoxa del Siglo XIV, un mercado oriental y el museo consacrado al asesinato del archiduque Francisco-Ferdinando de Habsburgo, que tuvo lugar el 28 de junio de 1914. Ese asesinato fue el incidente que desató la Primera Guerra Mundial.

La variedad de pueblos (serbios, croatas, musulmanos) de religiones diferentes (ortodoxa, católica, musulmana) que viven en Yugoslavia conforman la riqueza del país. Las guerras frecuentes han minado su belleza.

 

Pero las guerras frecuentes entre estos pueblos demuestran la dificultad para ellos de vivir juntos en lo que se llama la "polvorín de los Balcanes".