Anécdotas del terremoto: (...) me di cuenta de que no traía playera
Andreia Sanches*
Desde que llegué a México había andado buscando una estética donde pudieran hacerme una limpieza facial; esperaba que alguna amiga me recomendara una buena profesional.
Después de seis meses, recibí una recomendación y marqué para una cita.
Llegué muy contenta y quince minutos después de empezar el tratamiento, miré que el espejo se movía. La cosmetóloga entonces me dijo que deberíamos salir inmediatamente, porque estaba temblando.
Al llegar a la banqueta, me di cuenta de que no traía playera, solamente una bata transparente. Me volteé para ir por mi playera, pero la muchacha me dijo que no podía entrar y me prestó una toalla para envolverme. Así que salí a la calle y esperé junto a las personas de la estética a que pasara el temblor para volver y ponerme mi playera. Me quedé muy consternada, pero no podía hacer nada sino esperar.
*Estudiante brasileña de Español, Intermedio 1
CEM-UNAM México D.F.