¡Cuidado con ellos!
Hanako Kozugiyama*
Aunque vivo en un país diferente, me parece que tengo una relación extraña con los perritos. He tenido algunas anécdotas relacionadas con ellos en ambos países, Japón y Polonia.
Cuando era niña, mi hermana aprendió a nadar en un club deportivo. Durante sus clases, yo esperaba con mi mamá en una habitación en la que había otros padres que también esperaban a sus hijos para recogerlos. Un día, la esperábamos como de costumbre y yo tomaba jugo de uva. Ese día había un perro grande en este cuarto. Por el olor del jugo, el perro repentinamente se acercó a mí y me lamió la cara. Lo recuerdo bien porque me dio mucho miedo. Desafortunadamente no ha sido un solo evento; he experimentado una situación parecida otras veces.
Un día, en Varsovia, tomé el elevador de mi departamento con mi vecina y su perro. Antes de subirme al elevador, había comprado un cartón de leche. El perro se aferró a mi pierna en cuanto notó el olor de mi compra.
Según la dueña, él es muy tranquilo y nunca había atacado a otras personas con alimentos o bebidas.
Si lo pienso, los perros a menudo se me acercan o me siguen con los ojos en la calle, aunque no tenga nada. ¿Tengo algún destino con ellos o tuve alguna relación en mi vida anterior? Nadie lo sabe. En este momento, sólo puedo evitarlos antes de que me ataquen si me miran fijamente. En opinión de mi mamá, yo no debo acercarme a los perros, especialmente cuando tengo bebidas en la mano.
*Estudiante de Japón del curso Español 5
CEPE-Polanco, UNAM, Ciudad de México
Imágenes de Canva
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