Flores de Nieve, Revista de estudiantes y profesores de español

Los peces dorados, y no los perros, son los mejores amigos

Wilson Sun*

Una buena relación es muy difícil de encontrar. Un chico se enamora de una chica y la chica lo desprecia. Una niña adora a un niño y el niño la odia. Los padres aman a sus hijos y les enseñan a hablar cuando son pequeños; luego, cuando son adolescentes, intentan en vano enseñarles a dejar de hablar y a escuchar. Dicen que los perros son los mejores amigos del ser humano, y se equivocan. Debes pensar lógicamente. Hazte esta pregunta: si tu perro es tu mejor amigo, cuando regresaste a Toronto después de un largo y agotador viaje (como el de un curso intensivo de español con mucha tarea de SP-3100 en Taxco) ¿por qué tu perro no te recogió en el aeropuerto? ¡No tiene ninguna excusa! Él no puede usar la excusa de un pez fuera del agua.

De verdad, los peces nunca responden, nunca son exigentes, no es necesario que les compres regalos y no se enojan cuando te olvidas de su cumpleaños a diferencia de las esposas. Ni siquiera necesitan que los lleves a caminar al menos una vez al día. Ni siquiera se quejan cuando te olvidas de alimentarlos por unos días.

La amistad del pez es muchísimo más duradera. Piénsalo. El promedio de vida de un perro es de diez años. En contraste, el pez dorado más viejo vivió cuarenta y tres años según el Libro de récords Guinness. Además, los perros solo te dan la bienvenida de vez en cuando y mueven la cola, especialmente, cuando les traes comida. Los peces dorados te están dando la bienvenida todo el tiempo. Cuando recién me casé, en aquellos días, cuando llegaba a casa del trabajo, mi esposa traía mis pantuflas y mi perro meneaba la cola. Hoy en día, cuando llego a casa, mi perro no es el único que me ladra. En serio, solo, solo, solo mis peces dorados son tan acogedores como siempre. ¿Cómo puedo saberlo? Nunca dejan de menear la cola.

Finalmente, los amigos verdaderos no deberían hacer pedazos tus finanzas. Los peces dorados nunca te desangran económicamente. Los alimentos para perros son demasiado caros ─cuestan “un ojo de la cara”. La comida para peces cuesta menos que una taza de café y dura años. En el trabajo coloco las fotos de mi esposa y mis hijos en el escritorio, ya que me recuerdan que tengo que trabajar duro para mantener a la familia. También puse una foto de mis hijos en mi billetera, ya que me recuerda por qué mi billetera siempre está vacía. No necesito poner una imagen de mis peces dorados en el escritorio ni en mi billetera, ya que casi no me cuesta nada apoyarlos.

Esta composición está hecha en tono de broma. Amo a los perros, así como a los peces dorados y, por supuesto, a mi esposa y a mis hijos. Esta burla juguetona de los dueños de perros es más relevante en el contexto estadounidense, donde los dueños tienen que pasear a sus perros, recoger sus heces y gastar mucho dinero en el cuidado, el corte de uñas y la alimentación muy cara.