El gato oscuro
Ángeles Andonegui*
Era azabache. Pelo brilloso, ojos de luna, de apariencia suave... Se extendió jugando sobre una cama; cerró sus ojos, vaciló con su cuerpo, hacia la derecha, hacia la izquierda, lo acaricié lentamente y sus ojos se iluminaron, hizo un movimiento veloz y se prendió de mi mano dejando una cicatriz permanente. |
*Profesora de Español
CEPE-CU, UNAM, Ciudad de México
Visiten el blog de la revista, donde podrán escribir opiniones y comentarios de este artículo:
https://floresdenieve.cepe.unam.mx/blog/index.php/2017/01/03/el-gato-oscuro/