Horacio Molano Nucamendi*

La ciudad que nos inventa
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Adentrarse a las historias de una gran urbe como lo es la Ciudad de México es el propósito de este volumen en que se presentan más de cien crónicas referidas a sucesos desde 1509 hasta 2014. El aporte de Héctor de Mauleón al conocimiento del pasado de la capital mexicana va de la herencia prehispánica a la construcción de rascacielos en Paseo de la Reforma. Los relatos desarrollados en las casas, los edificios y las calles revelan el espíritu de sus habitantes. Nos cuenta el crecimiento paulatino del espacio urbano en el Valle de México a través del establecimiento de barrios como el de la Colonia Tabacalera, Santa María la Ribera, Polanco o La Condesa. Los cambios experimentados en sitios como la Catedral, el Palacio de Iturbide, La Merced o el Panteón de Dolores son narrados en estas páginas. Las modificaciones en el gusto de sus pobladores se hacen evidentes en el origen de esculturas como El Caballito, El Ángel, los Indios Verdes o la Cabeza de Juárez.

El libro descubre la vida cotidiana de los capitalinos: el aroma de la primera panadería de la ciudad; los servicios de los antiguos mesones; lo indispensable de la instalación de las primeras fábricas de hielo para tomarle gusto a la cerveza; el uso de los baños de vapor; el sistema de recolección de basura anunciado por el sonido del toque de una campanilla; la llegada de los trenes con su silbato tan característico; la primera prueba del telégrafo del Palacio Nacional al Palacio de Minería; la clientela de las peluquerías o la explicación de por qué se contesta "Bueno" en las comunicaciones telefónicas.

El autor detalla esos aspectos singulares del día a día de la población capitalina con los cuales entendemos las costumbres actuales. Se explica la importancia de asistir a determinados cines o teatros y el momento cúspide de la carpa o de la industria cinematográfica nacional. Muestra la multiplicidad de tiempos insertados en un espacio como en la calle de Talavera donde existe una simbólica escalera trunca que antes conducía a un embarcadero. Además se inscribe en la tradición cronística de la ciudad que debe mucho a autores como Francisco Cervantes de Salazar, Guillermo Prieto, Ángel de Campo, José Juan Tablada, Salvador Novo y Carlos Monsiváis.

Los lectores encuentran las fechas de instauración de espacios públicos como parques, plazas o estaciones. Así presenciamos las transformaciones de lugares como la Alameda, Buenavista o El Toreo. Está latente el problemático choque entre lo moderno y lo antiguo, pues descubrimientos como la luz eléctrica o el automóvil modifican drásticamente la actividad metropolitana. De Mauleón presenta las diversas aristas que enfrentan las decisiones de autoridades políticas que, por ejemplo, pueden declarar necesarios el trazo de ejes viales, la instauración de edificios multifamiliares como viviendas o el metro como el transporte más idóneo de los defeños. Relata las consecuencias del funcionamiento de nuevas normas creadas cada sexenio y aquellas más pretéritas que tuvieron un impacto profundo en la organización de la capital de la república. Medidas gubernamentales que dictan los cambios y las continuidades, destrucción y conservación de los monumentos parte de un patrimonio capitalino. Al cronista le gusta decir que "la verdadera maldición de esta ciudad es tirar lo único para levantar lo que se puede encontrar en cualquier parte", frase de Artemio de Valle-Arizpe.

Estos fragmentos urbanos constituyen un panorama donde podemos observar la vida de una ciudad tan compleja como lo es la de México. Gracias a la obra de Héctor de Mauleón , rescatamos en gran medida la memoria de la considerada megalópolis mexicana y su historia personal, que enseña como la curiosidad por el entorno es el motor para descifrar los significados de las edificaciones por las cuales se pasa y los misterios de las calles por las cuales se camina.

* Profesor de Literatura
CEPE-UNAM, CU, México, D.F.

[1](México: Cal y arena, 2015)

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