Ricardy Nau*

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En el siglo XXI, la tecnología juega cada día un papel más importante en la vida del ser humano. Además de extenderse a todos los lugares del mundo, cambia y progresa a una velocidad vertiginosa. Aunque varias personas argumentan contra la importancia que adquiere este monstruo del siglo presente, la necesidad de hablar de los progresos de la tecnología y de analizar sus consecuencias sobre la vida del ser humano se hace sentir cada día más. Esto apoya mis deseos de presentar mi opinión sobre cómo los progresos de la tecnología están destruyendo los nexos interhumanos, aislando a los miembros de las familias, cambiando el significado del concepto de la amistad y banalizando las sagradas relaciones sentimentales.

Me inclino a pensar que, en nuestros días, más que antes, el desarrollo de la tecnología va al parejo con la destrucción de los nexos entre los miembros de las familias. Los "juguetes" tecnológicos están personalizando la vida de cada miembro de la familia. Como consecuencia de esta personalización, los cambios entre padres y niños, entre los niños mismos y entre los propios padres, van disminuyendo. Es casi como si cada uno viviera en su propio mundo; un mundo que no tiene ninguna relación con los de los demás aunque todos comparten la misma casa y se ven cada día. Por ejemplo, después de la escuela, los niños se pierden en sus mundos: unos evitan oír a los demás usando sus audífonos, otros disfrutan sus aventuras en internet o juegan varios juegos. Por otra parte, los padres zapean cómodamente sentados en la sala o perdiéndose en algunos libros o periódicos. Así, la familia nunca tiene tiempo para juntarse y compartir experiencias, pensamientos y sentimientos. Desde mi punto de vista, todo eso favorece también las malas elecciones de los jóvenes, pues van solos en este mundo tan peligroso.

Además, los progresos de la tecnología no hacen daño solamente a la familia sino también al concepto de la amistad. Creo que las redes sociales han cambiado la manera como se viven las relaciones entre amigos. Puedo decir que, hoy, los únicos amigos del ser humano son las pantallas de los teléfonos y de las computadoras. Los paseos con los demás casi no se hacen. La razón es que preferimos mandar mensajes en lugar de hablar con los demás. Es mucho más fácil enviarles "smiley" que compartir una sonrisa real con ellos. Por ejemplo, tengo muchos amigos en Facebook con quienes nunca he hablado. Las redes sociales banalizan también las relaciones sentimentales. No se puede contar el número de páginas de internet que hoy permiten que nos enamoremos de personas que nunca hemos visto en la realidad.

Así pues, estoy convencido de que los progresos de la tecnología hacen daño a los nexos que unen a los seres humanos. Destruyen las familias aislando a cada miembro. Cambian el concepto de la amistad, disminuyendo los contactos físicos y banalizan las relaciones interhumanas. Es muy importante analizar estas malas consecuencias para resolverlas y mejorar así el mundo.

* Estudiante haitiano de Español 4
CEPE-Taxco, UNAM, México.