Foto: http://houldsworth.wordpress.com/2010/08/03/the-technology-trap/
Cuando era niño, mi padre era muy estricto conmigo y no me
permitía ver la televisión después de que regresaba a casa de la escuela entre
semana. Pero algunas veces, aprovechando que mis padres salían de casa para dar
un paseo, veía la tele a escondidas. Y entonces empezaban las “luchas” entre mi
padre y yo.
Primera lucha
Un día, como antes, al cabo de la salida de mis padres,
tomé el control remoto y empecé a ver dibujos animados. En ese momento, estaba
tan concentrado que no me di cuenta de que habían llegado a casa mis papás, por
eso me lo echó en cara mi papá y salí vencido en la primera lucha.
Segunda lucha
Tras la primera lucha, creía que ya me volvería más listo y
sensible, es que podía oír el sonido de mis padres y apagar el televisor antes
de que entraran en casa. Sin embargo, en realidad, todo fue lo contrario de lo
que pensaba.
Una noche, al notar la llegada de ellos, apagué de
inmediato el televisor y fingí que estaba haciendo la
tarea. Cuando vio eso, mi mamá me elogió contentamente la diligencia. Pero mi
papá, quien me conocía de la cabeza a los pies, se dirigió al televisor, lo
encendió y me dijo:
- ¿Has visto la tele?
- ¡No!, respondí yo.
- Pero el canal ya ha cambiado. Antes estaba el canal CCTV-5, pero ahora
está el canal CCTV-9. ¿Acaso no la has visto?, me preguntó.
Al oír esto, muy sorprendido y avergonzado, me puse rojo y
bajé la cabeza sin contestarle a él.
¡Madre mía! ¿Quién puede prestar atención al cambio de los
canales?
Como ven, ganó sin duda mi papá la segunda vez.
Tercera lucha
Como veía con frecuencia a escondidas los dibujos animados,
para que no los viera mi papá escondió el control remoto antes de salir de
casa.
Una vez, cuando no estaban en casa mis padres, empecé a
buscar el control remoto. Lo busqué bajo la cama, atrás de la puerta… y por fin
lo encontré dentro de una caja en el estante de libros tras media hora.
Tan alegre, vi los dibujos muy satisfecho.
Unos minutos después, al sentir que mis papás estaban abriendo
la puerta con las llaves, me apresuré a cambiar el canal, poner el control en
el mismo lugar y apagar el televisor.
Sin decir nada, mi papá tocó directamente la parte trasera
del televisor y me dijo serio:
- La has visto, porque está caliente.
Con la boca abierta, me quedé sumamente asombrado.
Obviamente, era imposible para mí ganar una vez durante
estas “luchas” debido a un padre tan listo y tampoco me atreví
a ver la tele a escondidas después de estas “luchas”.
*Estudiante chino de
Intermedio 1
CEPE CU, México, D.F.
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