Hacer un video en español: una experiencia inolvidable
Dalia Mendoza Limón
La idea de filmar un video con el grupo de quinto nivel de Español, surgió cuando empecé a ver las interesantes tareas que los alumnos iban haciendo con los modismos y expresiones estudiados durante el curso y que aparecen en el libro De acá de este lado y en los videos que lo acompañan. Algunos estudiantes empezaron haciendo diálogos cortos que con el tiempo se fueron convirtiendo en pequeñas historias. Para mí era muy motivador ver el entusiasmo con el que hacían estas tareas, no sólo porque esto implicaba comprender y usar adecuadamente algunos modismos y expresiones en español, sino también porque a partir de los textos surgían comentarios, preguntas y reflexiones que daban pie a animadas conversaciones, siempre muy bienvenidas en nuestras clases.
Roger Verreault, uno de los alumnos, empezó a llevar unos diálogos tan amenos que muy pronto cautivaron nuestra atención. En cada clase le preguntábamos si traía la continuación de sus diálogos; él nos miraba sorprendido y se quedaba pensando. Unas clases después les propuse que hiciéramos todos juntos un video y que el guión fuera la historia que Roger había empezado. Al principio esta propuesta les sonó un poco extraña a todos y principalmente a Roger. No les convencía la idea de actuar y hablar en español frente a una cámara. Al principio dijeron que no, de ninguna manera. Sin embargo, con el paso de los días su interés y su curiosidad por hacer un video en español fueron creciendo.
Más tarde, Roger se comprometió a terminar la historia y a partir de ese momento esperábamos muy divertidos la continuación de su historia. Llegó el día en que la historia estaba terminada y nuestro curso de español a punto de concluir. .
Filmamos entonces la primera versión de la película Viejos los cerros, pero como el resultado no nos satisfizo y pensamos que el video podría quedar mejor e incluso, ser mostrado al público, nos animamos a hacer una segunda versión.
A lo largo de la filmación fuera del salón, los alumnos tuvieron que hablar en español, enfrentarse a situaciones completamente diferentes a las habituales dentro de un salón de clase. Compartieron situaciones espontáneas, improvisadas y reales. Tuvieron que resolver obstáculos, tomar decisiones juntos, enfrentar todo el trabajo que implica hacer un video. El hecho de haber aceptado un reto juntos les dio confianza y todos partimos en búsqueda de una nueva aventura en español.
Durante todas las horas que pasamos juntos vivimos momentos inolvidable llenos de anécdotas, con frecuencia nos reíamos por las cosas que nos pasaban, fuimos conociéndonos mejor y hubo un mayor acercamiento entre todos nosotros. Hacer el video constituyó para los alumnos un enorme reto, un esfuerzo y horas extras de trabajo. Los titubeos e inseguridades de "actuar en español" iban siendo vencidos conforme avanzaba nuestro trabajo.
Finalmente, cuando logramos llegar a la meta propuesta, todos suspiramos y nos sentimos llenos de satisfacción e inmensa alegría.