El árbol de la amistad
Liudmila Drozdenko*
En la ciudad de Sochi, en Rusia, hay un Museo del Árbol de la Amistad. El botánico ruso Feodor Zorin quería cultivar un árbol de cítricos que fuera resistente al frío. Por lo tanto, plantó un limón y en su copa puso variedades de diferentes cítricos: mandarinas japonesas, naranjas españolas, pomelos americanos.
Seis años después, el explorador polar Otto Schmidt vino a Sochi para descansar. Se maravilló del árbol y también lo injertó. Y pronto los turistas y los vacacionistas de otros países comenzaron a hacer lo mismo.
En 1957 el limonero fue nombrado “el Árbol de la Amistad” y se convirtió en símbolo de la unidad de los pueblos de los países. En total, alrededor de 630 injertos fueron realizados por representantes de 167 países. Las ramas que crecieron y que fueron injertadas por personas de diferentes nacionalidades y religiones se llevaban bien en el tronco. El árbol florece, da frutos y simboliza la unidad y la armonía.
*Estudiante de Rusia del curso Español 5
CEPE-CU, UNAM, Ciudad de México
Imagen: Enrique Torres
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