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María Félix: historia de una actriz fascinante

Greg MacPhee*

Primero supe de María Félix en mi último año de preparatoria en los Estados Unidos. Mi maestro de español estaba estudiando su maestría en Estudios de Cine Latinoamericano y entonces vimos muchas películas en español, particularmente de la Época de Oro del cine mexicano. Una de esas películas fue "Río Escondido" (1948), con María Félix. Recuerdo especialmente la escena inicial, cuando el personaje sube las escaleras del Palacio Nacional enfrente de los murales de Diego Rivera. Esa escena se quedó conmigo hasta que vi los murales por primera vez en México en 2019. Pero la historia de una maestra dedicada, enviada por el presidente mismo a un pueblo en el desierto, a pesar del riesgo para su vida, era poderosa. Incluso sesenta años después, la interpretación de Félix era memorable.

La actriz mexicana María de los Ángeles Félix Güereña, mejor conocida como María Félix, fue una de las actrices más importantes en la Época de Oro del cine mexicano (las décadas de 1930-1950). Con Hollywood y una gran parte de Europa ocupada con la Segunda Guerra Mundial, y antes de la popularidad de la televisión, las películas mexicanas alcanzaron nuevas alturas internacionales. Y con papeles principales en clásicos como "Doña Bárbara" (1943), "Enamorada" (1946), "Río Escondido" (1947) y "Doña Diabla" (1950), Félix desempeñó un papel esencial en ese éxito.

Nació en 1914 en Álamos, Sonora, y creció en Álamos y Guadalajara con once hermanos. Su belleza se notó desde temprano y ganó un concurso de belleza cuando tenía diecisiete años. Mientras trabajaba como secretaria en la Ciudad de México, un director le preguntó en la calle si le gustaría ser actriz. Su respuesta fue: “Cuando yo quiera, y será por la puerta grande”. En 1943 se estrenó su primera película, "El Peñón de las Ánimas". Muy poco después Félix era ya una estrella.

Su trabajo no se limitó a México. Actuó en películas de Francia, Argentina, España e Italia. A pesar de su fama internacional, Félix nunca tuvo una carrera en Hollywood. Pero esto no fue porque Hollywood no estuviera interesado. Hubo productores que le ofrecieron desempeñar un papel en varias películas, pero ella siempre los rechazó por los estereotipos que le querían imponer. A ella no le importó rechazarlos, dijo: “Nunca me arrepentiré de haberle dicho que no a Hollywood, porque mi carrera en Europa se había orientado hacia el cine de calidad”.

Después de los años cincuenta, su trabajo en películas disminuyó. Su último filme se estrenó en 1970 y su última vez en la pantalla fue en una telenovela en 1971. Pero su contribución a la cultura no fue solo en las películas. Dos grandes artistas, José Clemente Orozco y Diego Rivera, pintaron retratos de ella, aunque no le gustó ninguno. Varias canciones fueron inspiradas o dedicadas a ella.

Félix disfrutó sus papeles como una femme fatale y su reputación como una diva. Se describió a sí misma como “enérgica, arrogante y mandona.” Se rumoreaba una rivalidad entre ella y Dolores del Río, pero ella lo negó en su autobiografía. Su vida personal era como una telenovela. Tuvo cuatro esposos, dos matrimonios terminaron en divorcio y dos con la muerte de su esposo. Tuvo un hijo, quien también actuó en telenovelas, pero él murió antes que ella, en 1996. María Félix murió en su cumpleaños, el 8 de abril de 2002. Tenía 88 años. Su cuerpo fue trasladado al Palacio de Bellas Artes para un homenaje antes de su entierro.

Incluso años después de sus últimas actuaciones en el cine y de su muerte, la actriz sigue teniendo un lugar en la cultura mexicana, incluida una aparición en la exitosa película "Coco" (2018).

*Estudiante de Estados Unidos del curso La Cultura Mexicana en 12 Crónicas
CEPE-CU, UNAM, Ciudad de México

Fotografía: Greg MacPhee


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