¿Qué me ha dado la vida?
Mika Itako*
Lo más importante que me ha dado la vida son las emociones como ser humano. Si no tengo emociones, no importa cuán deliciosa sea la comida que coma o que esté con la persona que amo, no me sentiré alegre.
Cuando vivía con mis padres, en Tokio, cuando era niña, sentía una profunda sensación de calidez y amor. La sensación de alivio cuando alguien me preparaba una comida y la comíamos juntos. Sentirse enojada, triste y aprender algo. En la escuela aprendí la dificultad y la alegría de estudiar. Cambios en los sentimientos al reprobar o aprobar un examen. Una sensación de probar algo nuevo.
Cuando fui al extranjero por primera vez (tenía 12 años), me sentí nerviosa. Recuerdo haber pensado lo divertido que podría ser aprender un nuevo idioma. Sentí la alegría de ser estudiante universitaria y estudiar con amigos, así como las expectativas de convertirme en persona adulta.
Después de entrar a la empresa y comenzar a trabajar, a veces me sentía cansada, pero comencé a sentirme agradecida por poder trabajar y ganar dinero. Después de casarme, aprendí el sentimiento de amar a alguien y la felicidad de ser amada nuevamente.
Ahora tengo dos hijas; siento un tipo de amor diferente al que tenía por mi esposo y mis amigos. En este momento me siento entusiasmada e ilusionada con el desafío en México. Comer deliciosos jitomates y aguacates me hará sentir feliz, y escuchar música de fiesta hará que mi corazón baile.
Si la vida no me hubiera dado emociones, no habría sentido lo mismo, incluso después de experimentar la familia, los amigos, la comida deliciosa, los viajes y los deportes. Este regalo me hace feliz todos los días y estoy muy emocionada de que mis hijas hagan lo mismo en el futuro.
*Estudiante de Japón del curso Español 5
Profesora: Rebeca Cabañas
CEPE-Polanco, UNAM, Ciudad de México
Imagen: freepik.com
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