Se me fue el avión
Kate Lezama*
Se me fue el avión Foto: http://www.vivekvaidya.com/missed-flight |
Dos veces en mi vida he perdido un avión. En los dos casos el resultado fue muy diferente.
La primera ocasión fue en 2012. Viajaba con mi esposo y mi hija, que tenía 7 meses. Íbamos a Italia para visitar a un amigo de Carlos, mi esposo. Por la ruta elegida, los vuelos salían del aeropuerto más lejos de nuestra casa de los cinco que hay en Londres, en el otro lado de la cuidad. Normalmente la mejor ruta es por tren, entonces tomamos el tren pero no era directo. El primer tren iba muy bien y estábamos en buen tiempo para cambiar de tren. Cuando llegamos, en el andén el tablero decía que el otro tren iba a llegar en 6 minutos y tardaría en llegar al destino una media hora. Nosotros íbamos a llegar al aeropuerto 1 hora 45 minutos antes de la salida del avión.
Esperamos en el andén cinco minutos cuando el tablero dijo “corrección”: nuestro tren iba a llegar en 8 minutos. Estas cosas son muy comunes en Londres, entonces no nos preocupamos mucho. Esperamos diez minutos más y el tablero dijo “corrección” otra vez, nuestro tren iba a llegar en 20 minutos. ¡En este momento nos preocupamos mucho! La estación está en el centro de Londres. Consultamos Google Maps y decía que estábamos casi a dos horas del aeropuerto debido al tráfico, por eso no podíamos tomar un taxi. Un anuncio dijo “una persona tuvo un accidente en el tren dos estaciones antes de nuestra estación.” Con esta horrible situación no había nada que hacer. No podíamos estar enojados, teníamos que esperar.
Por fin el tren llegó y llegamos al aeropuerto 40 minutos antes de la salida del avión. Yo no sé por qué la señora de la aerolínea se compadeció de nosotros, tal vez porque teníamos una bebé, tal vez porque en este tiempo Carlos viajaba mucho por su trabajo y tenía un frequent flyer de plata…. Pero ella dijo “con esta crisis financiera, diario tengo personas que pierden su avión por la misma causa. Si ustedes no tuvieran maletas podrían tomar su avión para Génova pero, con la bebé, la maleta, la silla para el coche y la carriola, no es posible. Entonces, necesitamos un plan…. Tenemos un avión para Turín en dos horas y creo que no es muy lejos de Génova. Puedo cambiar sus billetes y ustedes toman el otro avión.”
Tuvimos muy buena suerte porque la casa del amigo está casi a la misma distancia de los dos aeropuertos. Entonces, llegamos a nuestro destino solamente una hora tarde.
La segunda vez fue en febrero de este año. Regresamos de unas vacaciones con mis papás en Colorado, en los Estados Unidos. Llegamos al aeropuerto casi dos horas antes de la salida del avión. Dejamos el coche y fuimos a registrarnos. No podíamos hacerlo en línea porque teníamos una menor. No había mucha gente en la fila antes de nosotros pero avanzaba lentísimamente. Sin embargo, teníamos más de una hora cuando terminaron de atendernos.
Después, cambié el pañal de mi bebé y fuimos a la fila para seguridad. Todo fue muy lento pero nosotros no nos preocupamos mucho porque teníamos tiempo.
Llegamos a la puerta del avión y la señora dijo “Hace un minuto que la puerta está cerrada. No puedo hacer nada. ¿Hay mucha gente en la fila? Porque mucha gente perdió este avión.” No podía creer cómo es posible llegar con buen tiempo para tomar un avión, no hacer nada (como irse de compras o ir al bar) y perder el avión.
Ella dijo que había dos opciones. Podríamos regresar al siguiente día por los mismos vuelos o esperar en el aeropuerto en lista de espera y tal vez tomar un avión el mismo día. Pero no había posibilidades de tomar la conexión en Atlanta. Necesitábamos ir a una boda al día siguiente y nosotros éramos padrinos de lazo, entonces no había opciones. Esperamos en el aeropuerto y no había ningún lugar en el siguiente avión. Esperamos más tiempo y por fin, cinco horas después de la salida de nuestro avión, había espacio para nosotros.
Llegamos a Atlanta a las once de la noche, dormimos en un hotel solamente seis horas y, con niñas exhaustísimas, tomamos el primer avión para México.
Llegamos a México catorce horas tarde, ¡pero tuvimos tiempo para una siesta antes de la boda!
*Estudiante inglesa de Español 3.
CEPE-Polanco, UNAM, Ciudad de México.