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Aprender y EnseñarAprender y enseñar español
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Arriba el telón: “El eterno femenino” de Rosario CastellanosRosa Spada Suárez*
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Introducción A partir de mi experiencia al impartir la cátedra de “Escritoras mexicanas contemporáneas” a no hispanohablantes y explicar en el programa del curso que vamos a leer en voz alta, los alumnos se entusiasman al saber que además de aprender a leer van a interpretar a los personajes que aparecen en la obra teatral “El eterno femenino” de la escritora mexicana Rosario Castellanos. Y, que además de asumir los roles de actores, van a percatarse de la realidad de la Ciudad de México de los años 60, 70 y en algunos casos con modismos y formas de hablar que utilizamos actualmente. Y, por otra parte, que van a enriquecer su conocimientos sobre el país. Además de que van a vivir el lenguaje cotidiano al representar a cada uno de los participantes en la obra de teatro. Los alumnos al realizar estas acciones de leer en voz alta, sienten cada palabra, cada frase, cada refrán como si lo estuvieran escribiendo ellos mismos. ¿Por qué elegir a Rosario Castellanos? He elegido el primer acto de la obra de teatro “El eterno femenino” de la escritora mexicana Rosario Castellanos porque fue una de sus últimas creaciones. Esta obra fue escrita unos meses antes de morir en Tel Aviv el 7 de agosto de 1974. Ella ya no logró verla impresa y mucho menos en forma de espectáculo teatral. “El eterno femenino” es una farsa sobre la sociedad mexicana. Y, en especial sobre la clase media de la Ciudad de México, en donde las mujeres asisten al salón de belleza para embellecerse. Es decir, una mujer de la clase media, en esos años, no se sentía capaz de peinarse por sí misma. Era necesario acudir a esos sitios para que las peinadoras, las manicuristas y aun las propietarias, sostuvieran conversaciones de los temas más versátiles y variados. En este caso se trata de que la protagonista “Lupita” llega al salón de belleza para que la peinen porque es el día de su boda. Y, como regalo de bodas la dueña del salón hace que la futura desposada tenga una serie de “sueños” que en este caso se viven como pesadillas provocadas por un aparato en el secador para impedir que las mujeres piensen, actúen y tomen las riendas de su vida. Este aparato produce sueños que pueden ser sueños normales y corrientes o de lujo. En este caso los sueños son muy reales, entre ellos destacan: a)La importancia de la virginidad b) El enlace matrimonial c) La noche de bodas d) El embarazo de Lupita e) Lupita como madre de dos hijos (Juanito y Lupita) f) Lupita traicionada por su marido con su secretaria. g) Lupita como asesina de su marido y la secretaria h) Lupita oponiéndose a que su hija Lupita asista a la Universidad i) Lupita como abuela, viuda y sola. Los alumnos como actores. En esta obra se advierte la concepción de los personajes como si fueran seres visibles al microscopio. Se trata de un análisis quirúrgico de estas mujeres y hombres. En sus roles de novios, esposos, padres. Castellanos nos muestra lo siguiente: a) Esposo infiel. b) Padre casi siempre fuera de casa. c) Esposa fiel. d) Siempre en casa. e) Obedece al esposo. f) Es una mujer muy estricta con la hija. Y se muestra más permisiva con el hijo. Y el resultado es una disección minuciosa de sus personajes. Quizá lo más importante es la lucha de una generación a otra, por ejemplo el dialogo de la madre con su hija. Lupita hija quiere que las cosas sean diferentes. Leamos los parlamentos de Lupita I (madre) y Lupita II (hija): Lupita I: Porque no vas a ser distinta de lo que fui yo. Como yo no fui distinta de mi madre. Ni mi madre distinta de mi abuela. Lupita II: Soy una persona… Lupita I: Ni más ni mejor de lo que yo fui Lupita II: Tengo derecho a… Lupita I: Ni más inteligente Lupita II: Quiero vivir mi vida Lupita I: Ni más libre. Lupita II: ¡Quiero ser feliz! Lupita I: Ni más feliz.[1] La obra está dividida en las siguientes escenas: a)Obertura donde se nos dice el lugar de ubicación del salón de belleza. Colonia residencial de la ciudad de México. Dentro del salón está la dueña y la peinadora. Aparece un hombre (el agente de ventas) que trae un aparato que produce sueños. La peinadora propone que estrenen el aparato con Lupita que va a peinarse para su boda. La dueña tiene temores ante el aparato. Estos son los hechos: b) Peinadora: ¿Por qué no lo estrenamos con Lupita? Sería como una especie de regalo. Se trata de una ocasión muy especial: viene hoy a peinarse para su boda. c) Agente: Tenemos exactamente lo que se necesita en esos casos. ¿Dónde quiere que se lo coloque? d) Peinadora. En ese punto que dice: ¿Qué me reserva el porvenir? e) Dueña: (todavía aprensiva) ¿No será muy arriesgado? f) Agente: Por favor, señora, ¡no me ofenda! ¿Quién cree usted que planeó ese sueño? ¿Una persona común y corriente? De ningún modo. ¿Un genio? Tampoco. El primero es muy limitado, el segundo está loco. Entonces recurrimos a algo mejor que los dos juntos: una máquina, una computadora, un cerebro electrónico. Lo que no puede equivocarse nunca[2]. Rosario Castellanos aborda temas álgidos en El Eterno Femenino, como la importancia de llegar pura e inocente al matrimonio. Cabe aclarar que los alumnos que interpretan a Juan (el marido de Lupita) muestran el lado de autoridad del hombre. Veamos: 1º. Sueño “Luna de Miel” -Juan: ¡Mírame a los ojos! -Juan: ¡Mujer impúdica! ¿Cómo te atreves a mirarme así? ¡Bájate el velo, ipso facto, desvergonzada! Ahora sí. Mírame a los ojos y dime: ¿Ha sido ésta la primera vez? - Lupita: ¡Qué manía tienen todos los hombres de preguntar lo mismo! (A Juan, con voz inocente) No sé de qué me estás hablando.[3] 2º. Sueño: Embarazo de Lupita Aquí entra en escena la madre de Lupita y es una mujer enérgica y estricta. Y, aunque Lupita ya vive en otro lugar, su madre sigue marcando las pautas de conducta y el comportamiento que debe tener su hija: -Mamá: ¿Estás loca? ¿Es ese el comportamiento digno de una señora? -Lupita: Soy muy feliz, mamá. -Mamá: Ahí está precisamente tu error. Una señora decente no tiene ningún motivo para ser feliz… y si lo tiene, lo disimula. Hay que tener en cuenta que su inocencia ha sido mancillada, su pudor violado. Ave de sacrificio, ella acaba de inmolarse para satisfacer los brutales apetitos de la bestia. -Lupita: ¿Cuál bestia? -Mamá: El marido, claro. Y no me vayas a salir con que te gustó porque voy a pensar que todos los esfuerzos que hice por educarte fueron vanos. ¡Yo cosiendo ajeno para pagar las escuelas más caras, los internados más exclusivos (se deja caer en un sillón y se seca una lágrima inexistente) ¡Para luego recibir…! No lloro, porque de tanto coser ajeno se me secaron los ojos. Pero si pudiera llorar. -Lupita: Estaba contenta, mamá, pero no por lo que tú te imaginas. ¡Dios me libre y me guarde! Estaba contenta porque parece que… parece que estoy esperando.[4] 3er. Sueño: La cruda realidad. Aquí Lupita es mamá de dos niños Lupita y Juanito. Y se entera de que Juan su marido tiene un romance con otra mujer. Lupita decide matar a Juan y a la amante. Aparece un voceador de periódico gritando la tragedia. Un locutor entrevista a Lupita. Antes de la entrevista Rosario Castellanos introduce un corrido de lo que les puede pasar a los hombres infieles. -Voceador: ¡Extra! ¡Extra! “Lo maté por amor, declara la autoviuda…” ¡Extra! ¡Extra! (Los transeúntes compran el periódico, leen con avidez los titulares y comentan entre sí). “El triángulo fatal…” “¿Secretaria o amante?” “Mis hijos llorarán a un padre muerto, pero no maldecirán a un marido traidor”. -Locutor: Señoras y señores: esta noche suspendemos nuestras predicciones meteorológicas para dar paso a una noticia de palpitante actualidad. Su reportero, ansioso siempre de servir al amable auditorio, al precio que sea, ha conseguido una entrevista exclusiva y, hasta ahora, única, con la sensacional Lupita, la autoviuda con escalo, la que mató por amor, la que se enfrentó con los cuernos del dilema: ¿secretaria o amante? La que se sacrificó por sus hijos haciéndoles llorar hoy a un padre muerto, y no maldecir mañana a un marido traidor. Pero ¿para qué seguir? ¿Quién no conoce la historia? Señoras y señores… con ustedes ¡Lupita la única…![5] 4º. Sueño “Crepusculario” En esta escena aparece Lupita –como mujer de más de 50 años dialogando con su hija. Ambas comentan sobre la autoviuda quien aparece en la T.V. en una entrevista exclusiva. Lupita (madre) tiene un perico que es crítico de la familia. -Lupita II: ¡Ay, mamá que anticuada eres. Lo que se usa ahora es hacer yoga! -Perico: ¡Ay, hija, qué anticuada eres! Lo que se usa ahora es hacer judo. -Lupita I: En todo caso, no hay la menor necesidad de matar al marido. Digo, matarlo de a tiro. ¡Es tan fácil hacerlo con cuchillito de palo! -Lupita II: Facilísimo. Pero ¿Quién te saca en el periódico y quién te hace entrevistas en la tele y quién te contrata para el cine? -Lupita I: La virtud, hija mía, no hace alardes. -Perico: Sólo fiestas de beneficencia. -Lupita I: Además, qué maneras de exhibirse esa mujer, con tamaña minifalda. ¿Quién va a creer que es decente? -Lupita II: ¿No es aburridísimo? -Lupita I: ¿Aburridísimo ser decente? Nunca había yo pensado en eso. Sí, creo que sí; pero tiene sus compensaciones. -Lupita II: En el cielo, supongo. -Lupita I: Y aquí también, no te creas. -Lupita II: ¿Como qué? -Lupita I: Te dicen “señora”, y nadie te ve nunca con lástima, con burla o con desconfianza, como a las solteronas. -Lupita II: ¿Quién te ve? Estás siempre encerrada.[6] 5º. Sueño. Apoteosis. Lupita (madre-persona mayor. Vive sola, con su gato). Recibe una serie de premios por ganar una rifa y la visitan el animador del programa, camarógrafos y un cantautor. Veamos la entrevista: -Lupita I (modosa): Con muchísimo gusto. Soy Guadalupe S. viuda de Pérez, para servir a Dios y a ustedes. -Lupita I: ¿Gané el concurso de la mejor madre mexicana? -Animador: No, Lupita. Eso habría sido imposible. ¡Todas, absolutamente todas y cada una de las madres mexicanas son mejores! -Lupita I: ¿Mejores que quién? -Animador: Que las que no son madres o que las que, siéndolo, no son mexicanas. Es sencillísimo. -Pedrito: “El brindis del bohemio” nos va a ser recitado por el mago del micrófono, Pedrito Mora. Pedrito… ¡a la reja con todo y chivas!... Muchas gracias, señoras y señores, selecto auditorio, Lupita, voy a tener el honor… de decir para ustedes… para usted… los sentidos versos. Mientras Pedrito se desgañita y el animador explica y Lupita insiste, se descargan encima de ella licuadoras, lavadoras, estufas, pasteles que forman una pirámide que la sepulta. Encima de la cúspide hay un pastel con una velita. Lupita, sintiendo que se asfixia, clama desde lo más profundo del abismo. -Lupita I: ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Sáquenme de aquí! ¡Me ahogo! Me ahogo. Auxilio… Socorro.[7] Abajo el telón. Para finalizar el primer acto nos encontramos nuevamente en el salón de belleza. Veamos ese final: -Oscuro: al prenderse la luz, estamos de nuevo en el salón de belleza. La dueña y la peinadora corren a desconectar el secador bajo el cual se encontraba Lupita y la ayudan a salir. Tambaleándose, sostenida por sus salvadoras, exclama: -Lupita I: ¡Qué pesadilla más horrible! ¡Nunca lo hubiera creído… Horrible… pesadilla… horrible.[8] Recomendaciones finales: Espero, queridos lectores, que al terminar la lectura de este acto teatral los haya motivado para que se animen a leer en voz alta. Los invito a reflexionar sobre estos puntos y realizar algunas actividades: a) Que ustedes expliquen con sus propias palabras cómo han escuchado el sonido de las palabras y cómo lo han relacionado con la escritura. b) Que ustedes nos digan la relación entre las palabras y su significado (y de ser posible hagan una analogía, si existen en su lengua materna los mismos sentidos y significados). c) Que ustedes confronten su visión del mundo. Así como sus diferentes puntos de vista con lo planteado por la obra. d) Que ustedes se hayan percatado que los textos teatrales adquieren un tono íntimo, cercano, ligado a lo emotivo y entre otras cosas despierten en ustedes la curiosidad de leer más. e) Gracias por acercarse a un texto teatral que marca las fronteras de lo privado y lo íntimo con el contexto social mexicano de los años 60. * Prof. de Literatura CEPE-UNAM. [1] Rosario Castellanos, “El eterno femenino”, todas las citas son tomadas de ese libro, México, Fondo de Cultura Económica, 1974. Sólo vamos a proporcionar el número de página para las citas posteriores. Acto I, pp. 61-62. [2] Ibid, pp. 31-32. [3] Ibid, pp. 33-34 [4] Ibid, pp. 40-43. [5] Ibid., p. 51. [6] Ibid., pp. 57-58. [7] Ibid., pp. 62-69. [8] Ibid., p. 69. |
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