Y tu mamá también
Jean Sirois*
En escenas más divertidas que eróticas, Tenoch y Julio, dos chicos simpáticos, bastante consentidos y muy gozadores se despiden de sus novias que se van de viaje a Europa. Luego ellos mismos empiezan un viaje que los llevará más allá de lo que hubieran pensado. Querían ir a la playa por unos días y disfrutar del sol y de la presencia de Luisa, la atractiva mujer del primo de Tenoch. Sin embargo, estas vacaciones se transformarán paulatinamente en un descubrimiento de ciertas facetas más difíciles de la vida, facetas que habrían preferido seguir ignorando.
Esta producción mexicana, rodada en el México urbano y en el campo cerca de Puerto Escondido, empieza con mucha energía , locura y excitación. Sin embargo el cineasta, Alfonso Cuarón, con el uso hábil de un narrador, pone un toque más sobrio y más profundo a un guión que hubiera podido ser demasiado sencillo, un "road trip" típicamente hollywoodense. El narrador, con una voz tranquila, seria, sin juzgar, nos habla de los eventos que suceden simultáneamente a las peripecias de los chicos. Pobreza, muerte, injusticias, enfermedad, corrupción y crímenes son presentados como eventos ineludibles de la vida mexicana, eventos que no alcanzan a ver los chicos, hasta que les toca a ellos personalmente. Celos, mentiras y soberbia, poco a poco y a veces violentamente, invaden su paraíso de euforía hormonal.
Bien dirigidos, los actores Diego Luna (Julio), Gael García Bernal (Tenoch) y Maribel Verdú (Luisa), entregan una interpretación justa, natural y sensible que da mucha credibilidad a unos personajes que al principio parecen un poco infantiles aunque simpáticos y tiernos, pero que adquieren más madurez al contacto con los sufrimientos de la vida real. Así que una trama que se ve sencilla luego se pone más profunda, sin caer en una sensiblería fácil.
La exploración de los tabúes que desarrolla el autor es audaz: masturbación, homosexualidad, escenas eróticas incluidas siempre con humor, no sólo para provocar, sino quizás para dar un toque más de verdad a una cinta que quiere acercarse al espectador, invitarlo a echar una mirada por el ojo de la cámara sobre unas facetas de la vida que a menudo le oculta la censura.
Con la muerte de Luisa y el fin de la amistad entre Tenoch y Julio, la pantalla nos refleja un retrato más completo de la vida real, con su parte de alegría y tristeza, así como con la intensidad y la ternura que podemos reconocer en todos los seres humanos y que hace que esta película nunca sea aburrida y logre emocionarnos, divertirnos y dejarnos satisfechos.
*ESECA-Canadá, estudiante Avanzado 2