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La fama de Frida y Diego. Y ahora... ¿por qué?

Stephen Clarkson*

La fama de la mayoría de los pintores -con excepción de algunas estrellas eternas que gozan de la estatura sagrada de un Rembrandt o de un Picasso- sube y baja como los valores de la bolsa. Cabe preguntarse, entonces ¿por qué los mexicanos parecen interesarse menos en la obra de Diego Rivera (los poderosos murales que se ven en numerosos edificios póblicos) y más en la de Frida Kahlo, su pareja en la vida personal y en arte (los autorretratos que se exhiben en todas partes del país)?

Dos hipótesis podrían explicar este curioso acontecimiento. En primer lugar, la disminución del interés por la obra de Rivera ocurrió después del fracaso de la Unión Soviética y la victoria del capitalismo. Dado que la obra de Rivera es un canto a la visión marxista de México y del mundo, se puede pensar que la reputación del pintor sufrió como consecuencia de la derrota política y económica de su modelo ideológico.

Si el cambio global del paradigma vigente explica la disminución del valor del mercado de la obra de Rivera, ¿por qué no él de su no menos ferviente compañera comunista? Frida Kahlo fue tan firme en sus convicciones como su esposo. Representó sus ideas políticas en algunas de sus pinturas, pero el motivo principal de su arte fueron sus propios sufrimientos físicos y emocionales. El legado de su pintura deja una autobiografía visual de una larga agonía personal. Su éxito artístico, que ocurrió unas décadas después de su muerte, se explica por dos tendencias culturales: la cultura mediática contemporánea y el dominio del posmodernismo.

El posmodernismo rechaza las lógicas políticas modernas y se refugia en el individualismo. Ni siquiera los medios de comunicación hacen el esfuerzo necesario para transmitir ideas serias. Por el contrario, se enfocan en las historias de sufrimiento o de valores individuales. Como resultado de esta situación, las emociones y los conflictos de la saga vivida por Frida ofrecen a los medios el material ideal - un drama con mucho color individual tan literal como figurado.

El intercambio de la fama de un hombre gigantesco por su mujer angustiada puede verse como una metáfora de los óltimos 100 años de la historia de México, durante los cuales la revolución victoriosa fue desplazada con la huida de los campesinos de sus tierras empobrecidas.

*Estudiante de Español Superior
CEPE-CU, UNAM, México, D.F.
clarkson.stephen@yahoo.com