El uso de dados en juegos didácticos
Ma. Angélica Prieto*
Todos los juegos requieren diferentes elementos para llevarlos a cabo. Entre ellos destacan los dados que antes eran sólo de números, pero han evolucionado al cambiar el objetivo de algunos de ellos. Uno de los cambios ha consistido en tomar en cuenta que se puede considerar el aspecto lúdico no sólo para entretener, sino para fomentar en el usuario el ejercicio de habilidades lingüísticas y lógicas que le permitan superarse. Se puede decir que destacan por su aceptación los que consisten en formación de palabras para lo cual se requiere de dados con letras. Los maestros con experiencia en preparar material para un objetivo didáctico antes nos veíamos obligados a buscar la manera de fabricar dados de madera y dibujar las letras. En cambio, ahora hay un sistema que nos enseñaron los maestros de actividades deportivas de la UNAM que consiste en usar etiquetas engomadas con letras impresas.
Un aspecto importante para considerar es, como siempre, la selección adecuada del material según las características de la clase que se va a impartir. No está por demás insistir en releer el programa para tomar en cuenta la situación, los objetivos, la necesidad de retroalimentar o practicar de manera intensiva algún aspecto importante, preparar a los alumnos para la evaluación, etc. Por otra parte, investigar qué clase de juegos hay en el mercado y la posibilidad de adaptarlos a nuestras necesidades específicas. En este caso hay que aplicar un gran sentido crítico para evitar sorpresas posteriores. Por ejemplo: para los juegos de elaboración de palabras elaborados para idiomas diferentes al español encontraremos que los alfabetos y la recurrencia de letras son diferentes. En primer lugar los alfabetos son diferentes: la w no corresponde más que para vocablos originales en otras lenguas, la cantidad proporcional de vocales tampoco es la misma, no se usa sh, lo que cambia la cantidad de consonantes, etc. Una posibilidad es buscar juegos ya adaptados comercialmente, probarlos y suplir sus deficiencias.
Existen muy diversas maneras de aprovechar los juegos mencionados. Cuando son principiantes no es posible limitar demasiado el número de dados, ya que se desconciertan: con las letras que les tocan y que no parecen permitirles recordar lo aprendido. En cambio, si tienen muchas, las posibilidades de elección son mucho mayores. Otra manera de lograr que el ejercicio sea satisfactorio es dotarlos de la mayor cantidad posible de dados .Por otra parte, se simplifica la dificultad si pueden cambiar el dado hacia donde les convenga y alguno de sus compañeros escribe lo que van logrando deletrear correctamente. Si los alumnos son más avanzados se les puede pedir que formen palabras que correspondan a un grupo semántico determinado, como números, días de la semana, meses del año, estaciones, nombres propios, etc. Las reglas del juego puede decidirlas el maestro, así como la división en pequeños grupos.
*Profesora de la UNAM
CEPE-CU, México, D.F.
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