El Yoga y la clase de ELE
Julieta Bueno*
El Yoga y la clase de ELE Foto: Julieta Bueno |
Está por demás decir que el yoga es una filosofía de vida -para quienes lo viven así- o una disciplina muy completa que ayuda a mejorar varios aspectos que nos preocupan actualmente en la vida moderna. Entre muchos otros beneficios nos ayuda a reducir el estrés, aumenta la concentración y el bienestar físico y mental, por decirlo de una manera simplista. Quiero hablar de mi experiencia como profesora de ELE y como practicante y espectadora de los beneficios que causa esta práctica impartida en las aulas del CEPE-Polanco a los alumnos de español y a la comunidad en general.
Las personas que se han visto atraídas a practicarlo son mujeres y en su mayoría de origen asiático en cuanto a la comunidad estudiantil se refiere. También han asistido algunas profesoras y personal administrativo del Centro. En mi opinión esto se debe más a la familiaridad que tienen las alumnas con esta filosofía y sus beneficios y en lo que respecta a las profesoras, con la cantidad de horas que algunas de ellas pasan en el CEPE-Polanco.
Lo que he podido descubrir a lo largo de las clases, desde que iniciaron hasta este momento, es que las alumnas y la comunidad en general, además de experimentar los obvios resultados de su práctica (mayor flexibilidad, relajación, mayor contacto con el idioma, etc.), obtienen otros que no pueden ser tan evidentes a simple vista. Algunos de esos cambios se refieren más a los vínculos que se crean con el exterior, es decir con la escuela y con los compañeros, pues al realizar la actividad con profesoras, asistentes y personal administrativo, se rompen las barreras que nos separan, volviéndonos más una comunidad cercana que un centro donde se presta un servicio específico. Esto me parece muy relevante, pues muchos de los extranjeros que llegan al centro, llegan con cierto estrés por encontrarse solos en un país extraño con una cultura que no les pertenece y aprendiendo un idioma muchas veces más por necesidad que por deseo y esto, me parece, les permite sentir menos hostil el ambiente, relajarse y aprender de una mejor manera. Además de que la naturaleza NO competitiva y compasiva de la disciplina del yoga permite que se cree un ambiente de tolerancia, respeto y apoyo mutuo en la práctica que permea en las clases de ELE. Yo misma he podido comprobar cómo alumnas que muchas veces son tímidas e introvertidas en las clases de español, se vuelven más desenvueltas y seguras al momento de participar, y otras alumnas un poco más dispersas se han vuelto más comprometidas y acomedidas a ayudar a los compañeros que lo necesitan. Por lo tanto puedo decir que los cambios no sólo se han dado en el exterior, sino que también son internos en cada uno de los individuos que lo practican.
El yoga es una actividad positiva que tiene principios éticos que permite a sus practicantes tener mejor relación con el mundo que los rodea, relajando los vínculos, creando mayor compromiso y solidaridad en la comunidad donde se practique; por lo tanto creo que es de suma importancia que actividades como ésta sean imperativas en lugares donde la cultura de un país es la columna que nos sostiene.
* Profesora de español CEPE-Polanco. México, D.F.