El día que yo muera
Roberto Cortés*
El día que yo muera será soleado, sin nubes, tendrá un cielo azul, y las ramas de los árboles serán movidas por un aire fresco. Moriré en un día de verano. Sin nubes negras, ni frío. Odio tanto el tráfico que evitaré morir en quincena tampoco moriré en Navidad, ni en Semana Santa no quiero arruinar las vacaciones de nadie. Así pues, al llegar lúcido a la edad que me he propuesto, esperaré un hermoso día para morir. Con tiempo, habré dispuesto de mis bienes, elegido mi féretro, alquilado mi lugar. Con tiempo, habré limado asperezas, pedido perdón, pagado el predial. No vacilaré en tomar el arma, sin dios y sin diablo por testigos, llegado el momento jalaré del gatillo. Qué horror |
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* Ex alumno mexicano del DIPELE
CEPE-CU, UNAM, México, D.F.