Queridas y queridos lector@s de flores de nieve, últimas noticias: no hay más nieve en Canadá, por lo menos en esta región de la capital. Entonces, a partir de hoy, la revista podría llamarse flores acuáticas, porque recibimos más lluvia en junio de la que recibiremos, creo, en todo el verano.

Bueno, ahora pasemos a cosas serias. El Editorial. Lectores, tengo que hacer una confesión. Éste es mi primer editorial.¡Híjole! (como dice mi maestra de español), es muy difícil hacerlo, pues, lectores, sufro de "post- partum" del Mundial 2002. El mes de junio de 2002 fue verdaderamente memorable. Me convertí al fútbol, y de manera incurable. Se hizo con la ayuda de una estimada amiga mexicana que estaba de visita en casa durante el Mundial. Su entusiasmo fue muy contagioso y me sorprendí gritando "¡Sálalos! ¡Sálalos!" a los del equipo contrario a nuestras preferencias.

Durante la preparación del editorial, mi mente me jugaba trucos. Muchos artículos me llevaban a pensar en el Mundial. Por ejemplo, el artículo sobre Japón me trajo una imagen del estadio de fútbol Yokohama, donde se jugó el último partido; al leer el artículo sobre los alimentos modificados genéticamente, pensé en todos los "hot-dogs" que se comen durante los partidos. La Demonia me recordaba a los "diablos rojos", los seguidores de Corea del Sur; Casi Hermanos, me llevó a pensar en la fraternidad entre los jugadores; con Clarice Lispector, pensé en Brasil, ganador de la Copa y en Ronaldo, el fenómeno. Con el artículo La medium Jeanne Laval , pensé que las predicciones sobre los probables ganadores (Italia, Francia y Argentina) fueron un fracaso y que hay que limpiar un poco más la bola de cristal… Con Mientras yo pienso, bueno, pensé que mientras escribía el editorial, estaba pensando en …¡el fútbol!

Ah, lectores, ¿por qué el Mundial es sólo cada cuatro años ? ¡Posiblemente para permitir que Canadá califique y que México se vuelva el mejor! Quién sabe …

Feliz lectura, y por favor, lectores, a la voz de ya, ¡lean con atención!

Diane Ross