Poesía y Literatura |
Presentación del libro: El aroma de la nostalgia. Sabores de Durango IIpor Rosa Spada Suárez* |
Publicado en 2009 por el Instituto
Municipal del Arte y de la cultura, Durango, México. Aroma. Perfume u olor
muy agradable. Del latín aroma. Nostalgia: Sentimiento de
pena o de tristeza motivado por el alejamiento o la ausencia de algo querido, o
por el recuerdo de un bien perdido. Del griego nóstos (regreso) y álgos
(dolor) Es un placer para mi haber sido invitada a
presentar el libro El aroma de la
nostalgia, de la escritora María Rosa Fiscal, oriunda de Durango. Tal vez
sea un atrevimiento de mi parte hablar de la comida y platillos de ese lugar
sin conocerlo físicamente, lo que me ha llevado a consultar la guía para
turistas México, de Lonely Planet, y adentrarme en esa región. En ese momento
surgió en mi mente la siguiente pregunta: ¿Cuántos de nosotros conocemos esos
lugares de nuestra Patria? Y cuántos de nuestros alumnos jamás han escuchado y
menos visto "los huizaches[1];
"los mezquites"[2]
y los alacranes. Para los que vivimos en el Distrito Federal, Durango
representa en el imaginario popular la "tierra de los alacranes" por la gran
cantidad de arácnidos que hay en la ciudad. Hace algunos años, cuando era niña,
recibí como recuerdo de una visita que hicieron mis padres a esas tierras un
cenicero con un alacrán, al cual yo miraba todos los días porque me parecía que
estaba vivo y quería salir de esa cárcel de cristal. Trato de recordar que pasó
con ese objeto y no sé si cayó y se rompió, pero no lo vi más. También se le
conoce como la "tierra del cine". La guía Lonely Planet menciona que Durango
tiene en su haber más de 120 producciones cinematográficas tanto mexicanas como
extranjeras. Por lo cual en las décadas de los 50, 60, 70 y 80 se ganó ese
sobrenombre. Lo
que siempre atrajo a los productores fue su imponente cielo azul con sus
rojizos atardeceres. Para Hollywood, Durango es una locación excelente para los
llamados "westerns" ahí han filmado directores de la talla de John Wayne, John
Huston y Sam Peckinpah entre otros. De acuerdo con la guía, se pueden visitar
los lugares de filmación, tanto "Villa del Oeste" como "Los Álamos", con un
cobro simbólico de dos dólares. Asimismo, no podemos dejar de mencionar que
Durango es la tierra de Francisco Villa. Pancho Villa es probablemente el
personaje mexicano más conocido en todo el mundo. Las leyendas, blancas, negras
y épicas no sólo abundan en México, sino también en Estados Unidos y aun en
otros países. Existen no sólo en la mentalidad, la tradición y las canciones
populares, sino en el cine tanto mexicano como hollywoodense. En la opinión del
historiador Friedrich Katz, en su libro titulado Pancho Villa, uno de los pocos aspectos de la vida de Villa en el
cual todos están de acuerdo es que nació en 1878, en el Rancho de Uno
de los rumores que corren sobre Villa es que fue el primer actor duranguense
que incursionó ante las cámaras cinematográficas, ya que permite al joven Raúl
Walsh filmar algunas batallas que se llevaron a cabo en Ojinaga, en Torreón y en
Zacatecas. Walsh fue enviado por La obra El
libro de la escritora María Rosa Fiscal es un rescate desde la memoria de sus
primeros años con su familia, sus padres y hermanos, sus tíos, sus primeros
viajes en tren, sus recorridos por las haciendas con nombres que nos remiten al
tiempo de la conquista, como, por ejemplo, la visita que hace a la hacienda
llamada Hacienda de San Diego del Milagro del Ojo de Sancho Jiménez, donde se
junta la realidad con la leyenda, lo histórico con la vivencia de esta joven
que se adentra en esos territorios, o cuando dialoga con el Cerro del Mercado,
que fue descubierto en el lejano año de 1562 por Ginés Vázquez del Mercado. Dicho
lugar fue conocido como "El convidado de Piedra", o también llamada "La montaña
de las ilusiones" o la "montaña de plata", nos cuenta Fiscal. El libro se compone de un entremés y trece recetas
tradicionales que nos invitan no solamente a cocinarlas, sino a visitar Durango
para recorrer sus calles, percibir sus aromas, sabores, colores. Adentrarnos en
ese mundo con climas extremosos entre el frío y el calor. A sumergirnos en ese
lugar que se fue poblando poco a poco, primero con los pobladores autóctonos,
más tarde con los conquistadores. Después fueron llegando minorías étnicas no
indígenas como los árabes, a quienes (como bien señala la maestra Fiscal)
nosotros los latinoamericanos no reconocemos muy bien, los libaneses, los
sirios o los turcos. Más tarde, los alemanes, los franceses, los
norteamericanos, los menonitas, entre otros. La autora nos transporta a los
días de su infancia cuando montaba a su burra Tomasa y se aventuraba por esos
caminos. También nos cuenta los días de ir a nadar en las pozas profundas, de
invitar a una amiga para que conozca la sierra duranguense y conozca otras
realidades diferentes a su cotidianidad de la ciudad de México. Nos invita a
sentarnos a la mesa con sus amigas y embriagarnos con el olor del pan recién
horneado de naranja, con las galletas de jengibre. A que se nos haga agua la
boca con los blintzes, o que
intentemos cocinar la torta de requesón y darnos un festín con los olores, los
sabores, las texturas, la mezcla y la química de los alimentos. Que
experimentemos y dejemos volar nuestra imaginación y compartamos estas delicias
con la gente querida que puebla nuestras vidas. La
elaboración del libro le llevó dos años a la maestra Fiscal. Está escrito con
lenguaje claro, ameno, con referencias literarias de obras y autores que van
tejiendo la trama de la historia con la literatura, el maridaje de comida y
cultura. De momentos de remembranza con personajes de Durango u otras regiones
del planeta. Aderezados con la suculencia del relato ameno y los olores y
sabores flotando en ambiente. Ella misma se refiere a su libro como "el largo
período de maduración, puede compararse con el proceso de cocción de una sopa o
de un pavo al horno. En cuanto a la estrategia literaria la autora nos hace
saber lo siguiente: La receta sirve de
pretexto para narrar una historia. La voz narrativa sigue siendo la primera
persona, aunque he intentado, en algunas narraciones, que el punto de vista se
dirija más hacia el exterior con el fin de proporcionar al lector un atisbo de
la sociedad durangueña, sus gustos, su evolución y algunos pensamientos sobre
la historia de su gastronomía (p. 12). 1)
Entremés Aquí la
autora nos deja muy claro de que va a tratar este libro. Es un registro de la
memoria: ciudad, calles, jardines, iglesias, amistades, costumbres y
tradiciones. Además, con el conocimiento de una literata que incursiona en el
mundo antropológico, nos explica que la expresión "sentarse cerca del hogar", o
sea, del fuego que ardía en la cocina, implica el hecho de estar entre los
suyos, de sentirse bienvenido y a salvo, en un ambiente cálido, lleno de amor y
seguridad. Más adelante nos dice que, cuando se habla de cocina, nos referimos
no sólo a los alimentos en sí, sino a la esencia cultural, la lengua, la
historia, los productos de la tierra, la topografía, el clima, en otras
palabras, al ethos de la comunidad. También
se adentra en lo simbólico de la comida cuando nos refiere que el ajo es
símbolo de masculinidad entre los españoles, y que el chile lo es entre los
mexicanos. 2)
Caldo de Pescado. Es el
relato del encuentro de dos mundos. Españoles e indígenas. Dos mentalidades,
dos maneras de estar en el mundo. Dos formas de comer, de cocinar, de preparar
los alimentos. El nombre de Durango proviene de la
fundación de "… y fundé
yo una villa que la puse por nombre la villa de Durango, como en mi patria". Cabe aclarar
que la capital del Estado, conocida popularmente como Durango, tiene por nombre
oficial "Victoria de Durango" en honor al primer presidente de México,
Guadalupe Victoria, quien fuera originario de ese lugar. Limita al norte con
Chihuahua, al este con Coahuila y Zacatecas, al sur con Nayarit, al suroeste
con Jalisco, al oeste con Sinaloa. Ocupa el cuarto lugar nacional en
superficie. Entre sus ciudades más importantes se encuentran Victoria de
Durango, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo. Lo que me
pareció muy interesante en este relato del Caldo de pescado es la dieta de los
españoles y la de los indígenas. Transcribamos a la autora: Con toda
seguridad la alimentación de los vascos en su país de origen incluía pan de
trigo, aceite de oliva, pescado extraído de las costas del Mar Cantábrico y
quizás sopa de ajos, huevos en tomate, bacalao y olla podrida. Los indios
zacatecos que acompañaron a la expedición de Francisco de Ibarra tenían una
alimentación muy diferente: "aprovechaban la producción natural del suelo, las
raíces, hierbas y una variedad de frutas silvestres, y cazaban liebres,
venados, pájaros, tuzas, ratas y reptiles. Cultivaban en grado muy limitado el
maíz, frijol y otros vegetales. Hacían una tortilla o pastel de la pulpa de
maguey, la que primero se hervía con cal, después se lavaba y se volvía hervir
con agua, después se escurría, se exprimía, se secaba y se hacía pastel". La fusión
de los dos mundos se hizo posible cuando los víveres traídos de España
empezaron a escasear, y a los exploradores no les quedó más remedio que comer
lo que encontraran. Seguramente ordenaron a los indígenas que pescaran en los
ríos locales, tal vez se familiarizaron con el bagre, la mojarra, la tilapia y,
en las altas sierras, con las truchas. Así, con unos pocos vegetales y algunos
condimentos –seguramente, el chile- podían preparar un apetitoso caldo con que
satisfacer sus hambrientos estómagos ( p. 17). 3)
Jocoque con tortilla árabe Poco a poco
los inmigrantes del Cercano Oriente fueron integrándose a la sociedad durangueña,
convulsionada por la Revolución Mexicana de 1910 y más dispuesta a aceptar a
los extranjeros, aunque no fueran europeos. Prueba de ellos es el pasaje de la
novela El cuervo de Dios, de
Francisco Durán Martínez, donde Yusif Salim, propietario de Hoy en día se puede degustar muy buena comida
libanesa en Eli-Bano, ubicado en la calle Hidalgo 310 Sur en la capital
duranguense; por el equivalente a tres dólares se pueden degustar el hummus, el
tabule y otros exquisitos platillos. La autora
nos cuenta detalladamente su primer encuentro con esta comida exótica y
exquisita: En lo
personal, disfruté por vez primera de la cocina árabe en casa de la familia
Trabulse, la noche cuando celebraron el compromiso matrimonial de su hijo mayor
con una durangueña. En la mesa resplandeciente había empanadas de queso, de
espinacas y de carne, kepe crudo, kepe charola y kepe bola, jocoque que podía
degustarse con pan árabe o con pepino rebanado y rollos de parra rellenos de
carne molida con arroz, entre otras delicias exóticas. Endulzaban el final de
la cena el obligado pastel de dátil, los dedos de novia y glaibes (p. 14). Estas
delicias culinarias han sido aderezadas con referencias literarias de los
siguientes escritores y sus obras: Del
escritor Ferit Orhan Pamuk (Estambul, Turquía, nacido el 7 de junio de 1952), Premio
Nobel de Literatura 2006, Fiscal se refiere brevemente a su obra Me llamo rojo 1998, una novela que
combina la narración de misterio, la historia de amor y la reflexión
filosófica, ambientada en el Estambul del siglo XVI, bajo el reinado del sultán
Murad III. Y de la novela Nieve (2001), del mismo autor, narra que su personaje
Ka, protagonista de la novela, de visita en Kars durante una terrible nevada
para investigar el suicidio de varias jóvenes turcas, se sienta a la mesa cada
noche en compañía de otros huéspedes del hotel donde se hospeda para degustar
una humeante sopa de lentejas (Fiscal, op.
cit. p. 25). También nos
habla de la obra del escritor brasileño Jorge Amado y de su obra Gabriela clavo y canela, escrita en 1958, y de la fácil naturalización
de los pobladores de Medio Oriente en Brasil. Al respecto, Fiscal nos relata
los siguiente: al igual que a México, muchos sirios emigraron a Brasil en las
primeras décadas del siglo XX; sin embargo, en ese país sudamericano, su
nacimiento milagrosamente quedaba anotado en el registro civil como ocurrido en
alguna lejana localidad brasileña. Tal le sucede al buen Nacib, personaje de la
novela Gabriela clavo y canela, de
Jorge Amado, calificado de árabe y hasta turco, lo que lo irritaba: Lo primero
que hizo el mercachifle Azis padre de Nacib luego de la llegada a Ilhéus, había
sido llevar a sus hijos a Itabuna, entonces Tabocas, a la escribanía del viejo
Segismundo, para registrarlos como brasileños, proceso rápido de naturalización
que el respetable escribano practicaba con la perfecta conciencia del deber
cumplido, por unos pocos pesos. (Fiscal, op.
cit., p. 24). 4)
Galletas de maíz crudo (coricos) La ciudad
de Durango se encuentra localizada en el Valle del Guadiana y por esta razón
también es conocida como "Perla de Guadiana". La ciudad se erigió en ese lugar
debido a la su cercanía con el Cerro del Mercado, el cual fue descubierto en
1562 por Ginés Vázquez de Mercado. También llamado "el convidado de piedra",
"la montaña de las ilusiones", y la "montaña de plata". Nuestra autora mantiene
un diálogo permanente con ese cerro. Y nos refiere que a ella le ocurre lo
mismo que al escritor español Javier Marías, quien afirma: "no es el autor
quien se entrega a la tarea de buscar personajes sobre quienes fabular, sino,
más bien, son esos personajes los que se dedican con ahínco a encontrar alguien
que se ocupe de ellos": El cerro me
persigue, me observa y parece pedirme que dirija mi atención hacia él." Desde
mi infancia he vivido en el sur de la ciudad, de manera que la montaña ha sido
parte de mi paisaje cotidiano. Entonces caminaba y lo veía a la distancia…
respondo a su mirada con la mágica esperanza de que su orgulloso perfil de hace
setenta años resplandezca de nuevo indicándome que ahí esta, en su sitio, en el
norte, como guardián del Valle de Guadiana. El Cerro de Mercado se ha
convertido en mi interlocutor. Sostenemos largas y amenas conversaciones
mientras yo conduzco hacia el norte… En otras
ocasiones, simplemente me transporta al pasado (p. 28). 5) Nopales
con huevo Todo es
narrado con los ojos de una niña que, desde el asombro, construye el testimonio
de una aventura familiar en la que ella acaba desempeñando un papel
protagónico. "Acomodados en un autobús ejidal, una soleada mañana de mayo un
grupo de amigos nos dispusimos a visitar 6 )
Blintzes de queso Las
andanzas de Fiscal en el mundo del cine. La autora
nos narra con lujo de detalles que fue secretaria bilingüe de la compañía
cinematográfica Hecht-Hill- Lancaster, que la oficina estaba ubicada en el mezzanine del Hotel Casablanca. Y que
los actores entre ellos Burt Lancaster y el productor James Hill visitaban la
oficina al caer la tarde, sudorosos y polvorientos después de un agitado día de
filmación. Feliz
lectura, buen provecho. *Profesora de Literatura CEPE-CU, UNAM, México, D.F. [1] Árbol o arbusto de la familia de las leguminosas, de hasta [2] Árbol de la familia de las leguminosas que puede alcanzar gran altura,
pero de ordinario mide [3] Persona dedicada a la agricultura o a la ganadería, que recibe para su explotación tierras o animales, con la obligación de ceder al propietario una parte del producto obtenido. |
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