Cuando tenía 18 años, fuimos (un grupo de amigos)  a conmemorar el fin de la prepa y el inicio de la vida adulta en una universidad. Esa noche, pasamos por varios antros y  bebimos muchísimo, hasta que uno de nuestros amigos, por supuesto que por la gran cantidad de alcohol, quedó muy enfermo y fuimos a un hospital para que lo medicasen, probablemente con uso de glucosa (azúcar) en su sangre, para que se sintiese mejor.

Mientras estábamos allí, un doctor dijo que él estaba en un proceso de coma alcohólico y que necesitaba glucosa en su cuerpo. Después de eso, pasada una media hora, casi una entera, nuestro amigo despertó y al mirar que  todo daba vueltas (pues había llegado cargado por nosotros), le  preguntó a la enfermera que estaba a su lado, dónde estaba. La enfermera, muy alegre con toda la situación, le dijo que se había muerto y que estaba en el cielo (paraíso) y que ella era un ángel.

Con eso mi amigo empezó a llorar como un niño que perdió su juguete, aún borracho y hablando con la lengua enredada... Se quedó sentado y nos miró en un rincón de la enfermería, y  se puso a llorar aún más fuerte, y hablando muy alto: cómo estoy apenado, yo me morí y ustedes también, pues estamos todos en el cielo....  Fue una situación muy, muy chistosa.

*Estudiante brasileño de Español Intermedio 1

CEPE- Polanco, UNAM, México, DF

Foto: http://goo.gl/KIWgD