La noche tiene sus secretos que no
podemos penetrar. Para algunos, la noche es fascinante, para otros, es
terrorífica. Es que su aspecto parece esconder todo tipo de misterios. Con sus
ruidos y formas extrañas, sus manifestaciones y sus efectos en nuestro ser, la
noche nos domina y nos encierra en sus dedos helados. Sin embargo, ¿puede ser
que la noche sea invencible?
Efectivamente, la oscuridad trae
diversos tipos de ruidos que aumentan la ansiedad y que nos ponen en un estado
de terror indescriptible. Las cobijas hasta el cuello, los ojos abiertos como
platos, las orejas al acecho. Así oímos los crujidos que provienen del desván
de arriba y pasos sospechosos del cuarto de al lado. Un escalofrío nos cruza la
espalda… Aquí, los chirridos de la puerta del baño,
allá, el ruido de vajillas en la cocina de abajo nos ponen la piel de gallina.
Luego, sombras y formas extrañas que nos incitan a taparnos de pies a cabeza, a
pesar de los sofocos que nos invaden.
-shuuuttt…
Solamente oímos los latidos de nuestro corazón… ¡Bip! ¡Bip! ¡Bip!
¡Pero no podemos aceptar que la noche
ejerza su poder sobre los seres humanos! ¡Tenemos que superarla! ¡Con valentía,
bajemos las cobijas, prendamos las luces, el radio, la televisión! ¡Cantemos!
Que así los ruidos del mundo asusten a la noche y la hagan
callar.
* Estudiante canadiense de
Español Intermedio 1
CEPE-UNAM, Taxco, México
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