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El alma circunfleja de Ciudad de México

Álvaro García Santa-Cecilia

"Es, sin duda, uno de los tres o cuatro grandes lugares del mundo que hay que visitar". Mi hermano me habíahablado de México con entusiasmo cuando supo que iba a desplazarme durante unos días al DF para colaborar con la UNAM. Como tantos españoles, tenemos, a través de su mujer, vínculos familiares con México, que se remontana la época del exilio español tras la Guerra Civil, en los años cuarenta. Hay un sentimiento profundo de agradecimiento de varias generaciones de españoles hacia el México de la acogida incondicional y generosa de tantos compatriotas que salieron, vencidos y humillados, de una España desangrada. Creo que ese sentimiento se mantendrá siempre, al menos en aquellos que tenemos todavía perspectiva de la atrocidad de la guerra.

Hacía mucho tiempo que deseaba descubrir una ciudad que evoca en todo el mundo la fortaleza de una gran cultura y la pujanza de una metrópolis de proporciones casi inabarcables. Y aunque la Ciudad de México que "habíavisto" en mis fantasías era más populosa y caótica, más abarrotada de personas y cosas, más apabullante en lascalles y en las plazas, encontré una ciudad amplia, con espacios abiertos y tranquilos entre las grandes arterias y con "puntos de fuga" que proyectan la perspectiva hacia lugares lejanos: la vista puede perderse "más allá", hacia la montaña, hacia la nieve, hacia los grandes cerros. En una de mis escapadas desde el hotel donde me alojé me sorprendió una tarde una lluvia súbita, rotunda, de goterones gruesos, que me dejó totalmente empapado en sólounos segundos. De la humedad surgió luego una ambiente fresco y una mayor nitidez en los olores, más matizado el ambiente de la intensa anochecida entre las amplias callesque de pronto se me hicieron cómplices y protectoras. La ciudad desmesurada podía ser también un barrio recogido y calmo, con el empedrado de los siglos y el ocre delcampanario de una iglesia colonial.

Del habla de México fascina sobre todo lo que los expertos llaman "la entonación circunfleja": en las sílabas finales de los enunciados declarativos se produce una elevación y un descenso muy pronunciados, coincidiendo el tono más elevado con la sílaba tónica. Por eso se le da el nombre de "circunflejo", porque sube y baja. Me da la impresión de queesta entonación circunfleja configura algo más que el habla mexicana, algo más que una variedad del español con sus matices de lengua más cantada que dicha. Configura quizátoda un alma de entusiasmos y decepciones, de impulsos ascendentes y de bruscas caídas, de lucha y de derrota, de fe y de perdición. La idea misma de "revolución", tan presente en el imaginario de la Ciudad de México, se entiende sólo desde la perspectiva de un alma circunfleja, que se alza y que cae.� �

Una gran metrópolis que al mismo tiempo es una tranquila aldea anclada en el tiempo. Una revolución que representa la aspiración más alta de liberación e independencia peroes también una expresión de la impotencia y de la frustración. Esta sensación me ha quedado del modo de hablar y del modo de sentir de un pueblo que se expresa con dosis de optimismo y de decepción, que se ve y no se ve como una de las próximas potencias del mundo, que entronca y que no entronca con el norte y el sur de su continente, quecelebra con alegría a los muertos y con seriedad a los vivos. Cuya alma profunda aflora en un léxico y en una gramática nutridos de las hazañas de los antiguos pueblos queestán en la sangre de su lengua. Y en la entonación circunfleja, que sube y que baja.

* Instituto Cervantes (España)