Mujeres: una fuerza laboral en crecimiento
Chiara Baschirotto*
El tema del éxito laboral femenino es un tema muy complicado. En el pasado las mujeres tradicionalmente se quedaban en casa para cuidar a los niños. En muchos países, hasta hace unas décadas, la mujer no podía trabajar sin el permiso escrito de su esposo y no podía votar.
Desde mi punto de vista, la participación en la vida política es una condición importante para el éxito laboral femenino, porque este se puede lograr solamente si la ley reconoce la igualdad entre hombres y mujeres. En mi opinión, el primer paso es el derecho al voto, que desafortunadamente se tardó mucho en el mundo.
Nueva Zelanda, por ejemplo, fue el primer país que, en 1893, les dio a las mujeres el derecho a votar. Italia lo dio en 1945 y México en 1947. En Sudáfrica las mujeres afrodescendientes pudieron votar por primera vez en 1994. Arabia Saudita fue el último país en dar este derecho, en 2015. Finalmente, se pusieron las bases para avanzar en otros aspectos de la vida de las mujeres, como, por ejemplo, en el tema laboral.
Es importante reconocer y nunca olvidar que, como vimos, los derechos de las mujeres son muy recientes y sí, es verdad que las mujeres desde hace tiempo han logrado conquistas importantes, pero todavía hay muchos aspectos en la vida profesional, política y social, en los que hay que seguir adelante. Es un hecho que hay países donde el camino es más largo que en otros.
Afortunadamente, en los últimos 50 años, más y más mujeres estudian y se vuelven doctoras, arquitectas, abogadas y ejercen profesiones que tradicionalmente estaban reservadas a los hombres. Hoy día muchas sociedades aceptan que una mujer pueda vivir de manera independiente. Este es un hecho muy positivo para las mujeres en general, y, de igual modo, para la sociedad entera. No obstante estos logros, es un hecho indiscutible que todavía no es fácil para una mujer tener éxito en su trabajo.
Esta situación encuentra su raíz, en primer lugar, en el hecho biológico de que las mujeres se vuelven mamás. Esto puede ser un problema en su carrera, por una parte, por los nueve meses de embarazo, y, por otra parte, porque tener hijos se convierte en una responsabilidad importante por muchos años, hasta que los niños se vuelven autónomos. Cuando esto pasa, es demasiado tarde para regresar a trabajar. El mercado laboral no está listo para aceptar mujeres que ya no son jóvenes después de una pausa de unos años sin trabajar. En mi opinión, esto tiene que cambiar. Por un lado, es una idea que existe tradicionalmente en el mundo laboral, y, por otro, la ley debería ayudar para poder salir de esta situación.
Asimismo, se debería apoyar a las mamás que quieren trabajar, ayudarlas a encontrar escuelas buenas donde puedan dejar a los niños durante muchas horas del día, ajustando el horario de la escuela con el horario del trabajo (no viceversa).
Por otra parte, se deberían proponer leyes que den responsabilidades a los papás también, y no exclusivamente a las mamás.
Si bien las mujeres indudablemente han salido adelante, creo que hay mucho por hacer todavía. Finalmente, pienso que también la mentalidad de las mujeres mismas tiene que cambiar. Tenemos mucho que trabajar sobre este tema, ¡y todas tenemos que seguir adelante y apoyarnos las unas a las otras, para luchar y tener el mismo éxito laboral que los hombres en todo el mundo!
*Estudiante de Italia del curso Español 4
CEPE-Taxco, UNAM, Taxco, Guerrero, México
Imágenes: Canva
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